Cavendish gana a Greipel en el último milímetro de etapa
El ciclista británico sobrepasa en el último suspiro al alemán que ya estaba celebrando la victora. Sagan sigue líder
El británico Mark Cavendish (Dimension Data) logró el doblete en la presente edición del Tour de Francia, e igualó hoy las 28 victorias del mítico Bernard Hinault, al imponerse "in extremis" en la tercera etapa disputada entre Grenville y Angers, de 223,5 kilómetros, en la que el eslovaco Peter Sagan (Tinkoff) retuvo el maillot amarillo.
Intratable de nuevo el "Expreso de Man" en una llegada en ligero ascenso, en la que desbancó en el último centímetro al alemán Andre Greipel (Lotto), quien alzó los brazos antes de tiempo. La foto de llegada ratificó al portador maillot verde, que se queda en el historial a solo 6 victorias de Eddy Merckx.
Una llegada loca, desenfrenada, en la que volvieron a verse frente a frente los galgos del pelotón. Una vez más, "Cav" pudo con la armada alemana. Ni Greipel ni Kittel, a pesar de los esfuerzos del Etixx, evitaron que el triple campeón mundial en pista volviera a sonreír. En año olímpico, el ciclista que un buen día abandonó su trabajo aburrido en un banco para ser profesional, demostró que el oro en Río está a su alcance.
Los favoritos pasaron un día tranquilo, "menos en los últimos kilómetros", como dijo Contador en meta. Peter Sagan guardó el maillot amarillo, con el francés Julian Alaphilippe (Etixx) a 8 segundos y el español Alejandro Valverde (Movistar) a 10. Dentro del "top ten" asoman Chris Froome y Nairo Quintana, a 14 segundos, y mas alejado Contador, a 1.02 minutos.
El tríptico de jornadas maratonianas que acercarán el Tour a los Pirineos comenzó con un monótono viaje hasta Angers, amenizado por en principio por el francés Armindo Fonseca (Fortuneo), un kamikaze que pronto emprendió el viaje a ninguna parte, y por el ilustre veterano Thomas Voeckler (Direct Energie), que se unió al sueño imposible a 80 kilómetros de meta.
Ambos corredores con el fin de justificar de alguna manera la invitación de sus equipos a la 103 edición del Tour, porque la victoria de etapa estaba cantada que se la iban a disputar los velocistas. La fuga nunca se le fue de las manos al pelotón, aunque afrontó más de la mitad de la etapa a ritmo cicloturista, charlas, bostezos y bromas incluidas.
Un día largo, pero propicio para Alberto Contador, ya que el madrileño, maltrecho y dañado en la general, precisa de una tregua para sus huesos después de dos batacazos consecutivos.
"Solo puedo ir a mejor a partir de ahora, porque si voy a peor me tengo que ir a casa", dijo con humos el corredor de Pinto. No obstante, el Tinkoff hubo de atender la vertiente de su otro jefe de filas, Peter Sagan, en defensa del maillot amarillo y en busca del doblete junto en la recta de llegada de Angers.
Los hombres del líder trabajaron para la caza, pero a 20 km de meta tomaron el mando el Lotto de Greipel y el Etixx de Kittel. Fue la puntilla para la fuga, que claudicó a 8,7 km de meta. A partir de ahí, fue difícil dominar la aproximación al esprint con un "treno", pues todos los equipos querían colocar a su candidato.
El Dimension de Cavendish tapó sus cartas, pero Boasson Hagen se encargó de desbrozar el camino para un obús verde llamado Mark Cavendish. El británico agarró la rueda de Greipel desde lejos, aguantó el ritmo y pegó un golpe de riñón sobre la línea que resultó decisivo.
Momentos de espera. Greipel celebró la victoria alzando el brazo. El "Gorila" abrió la sonrisa. Pero quedaba la foto de llegada. Cuando los jueces la exhibieron quien sonrío fue Cavendish. Quien ríe último ríe mejor, pensaría. Ya tiene 28 en el Tour. Ahora, a por Eddy Merckx.
Este martes se disputa la cuarta etapa entre Saumur y Limoges, de 237,5 kilómetros, la más larga de la presente edición, con una sola dificultad de cuarta categoría y propicia para los velocistas.