"No tendrás problemas con España"
Las conversaciones privadas entre presidentes españoles y de EEUU revelan el interés de ambos países en tener buena relación pese a que la opinión pública no siempre lo compartió
Madrid
De las visitas presidenciales a España trasciende la foto y el apretón de manos pero, políticamente, lo más interesante está en la trastienda, las conversaciones privadas que se recogerán en documentos confidenciales hasta que, cuando pasen los años, se desclasifiquen. Es en esas conversaciones donde se ve el interés real que tiene cada parte.
Así supimos, por ejemplo, que cuando el presidente Gerald Ford vino a verse con Franco -seis meses antes de que muriera el dictador- le trató como a un aliado y le agradeció que frenara el comunismo de Portugal. Eso pese a que el canciller alemán le había pedido, sin éxito, que no se aliara con el régimen equivocado.
Luego llegó Adolfo Suárez a la presidencia del Gobierno y cambió también el liderazgo americano, con Jimmy Carter, que hace unos años publicó el diario de su paso por la Casa Blanca. Anotó de Felipe González que le parecía "un joven impresionante" y desveló que el rey Juan Carlos no quería que se reuniera con él. "Pero he convertido en una práctica el reunirme con los principales líderes del partido de la oposición". Añadiría: "No tienen demasiada experiencia con los procesos democráticos. Es posible que les mandemos a alguien para que les aconseje en privado sobre cómo deberían organizarse unas elecciones, cómo usar la televisión”.
En 1985, Felipe González recibió, ya como presidente, a Ronald Reagan. Su relación fue más bien fría, especialmente si se compara con la que tuvo George H. Bush, que pidió a González mediación en algunos asuntos internacionales. Eso se constata en varios memorándums que transcriben las conversaciones que mantuvieron ambos presidentes.
"Estoy intentando hablar con Gorbachov", le dice González cuando dieron el golpe de estado contra el presidente soviético. "No queremos la imagen de Gorbachov cayendo justo ahora", comentaría González según transcribieron los funcionarios de Washington. Bush recurrió varias veces a España para que mediara con Gorbachov o durante la primera guerra del golfo. "Es imposible evitar los daños colaterales pero serán muy pocos", le dijo en febrero del 91. "Nosotros -se confesó González en otro momento de aquella charla- tenemos problemas con nuestra opinión pública, con la prensa, pero tú no tendrás problemas con España".
Años después, Aznar le diría a George Bush hijo: "Necesitamos que nos ayudéis con nuestra opinión pública". Debatían sobre la invasión de Irak según el acta que desveló en su día el diario El País. "Estamos cambiando la política que España había seguido en los últimos 200 años", añadiría Aznar.
Las conversaciones sirven para recordar que, detrás de las fotos, cuando se queden solos, se dirán lo que necesitan cada uno del otro. Aunque habrá que esperar a que pasen los años para que sepamos lo que los funcionarios se ocuparán de mantener ahora en secreto.