La energía de Ara Malikian llena Getafe

Getafe

Energético y divertido, sin parar ni un momento de saltar y moverse por el escenario, Ara Malikian puso patas arriba Getafe con su música clásica fusionada. El virtuoso violinista regresaba al Festival Cultura Inquieta, y lo hacía por aclamación popular. Su concierto fue el más celebrado de la pasada edición, tras la votación de los asistentes, y por ello volvió para llenar el Polideportivo de San Isidro y dejar a los asistentes con la boca abierta una vez más.

Con su aspecto de estrella del pop, y bien acompañado por sus fantásticos músicos, Malikian saltó, literalmente, al escenario tocando un tema tradicional rumano, Ciocarlia. Tras recibir la primera ovación, no tardó en bromear y ganarse al público, "Estáis guapísimos", dijo en un tono divertido que mantuvo de principio a fin.

Inmerso en el final de su gira '15', con la que lleva casi dos años celebrando su decimoquinto aniversario viviendo en España, el violinista avisó que el recital iba a ser un recorrido por distintos países y culturas, una ruta casi paralela a la de su biografía. En más de dos horas de espectáculo, Malikian y su orquesta mostraron el talento que poseen para tocar desde clásicos como Vivaldi, hasta adaptaciones de canciones populares comtemporáneas e incluso flamenco.

Presenta la mayoría de las canciones con anécdotas (y alguna dosis de imaginación), para sentirse más cerca de los que le escuchan. Arrancó introduciendo los temas Backgammon y Pisando Flores, o un "rollo morito" y un "rollo judío", como definió las composiciones el músico de origen armenio, nacido en Líbano. Con estas composiciones puso música a su tierra de la infancia y a su etapa en Alemania, lugar al que fue a ganarse la vida, amenizando bodas judías, después de salir en barco de su país cuando tenía 15 años.

El viaje musical llevó a los asistentes a Londres, y al artista a encontrar a Radiohead. El rock de la banda británica sonó en Getafe con la conocida Paranoid Android mientras el público se contagiaba de la pasión del artista por la música, que toca todo lo que le gusta, y que es capaz de reunir en el mismo recinto a mayores y niños para escuchar un estilo de música, la clásica, que habitualmente se asocia con las reglas y seriedad.

Y entre saltos, giros y vueltas por el escenario la noche fue avanzando, narró su llegada a España y su encuentro amoroso con el jamón ibérico. En el repertorio se fueron mezclando diferentes ritmos y sus propias composiciones se alternaban entre clásicos como La Vida Breve de Manuel de Falla; una vibrante versión de Life on Mars del gran David Bowie; Misirlou de la película Pulp Fiction o Kashmir de Led Zeppelin, para la que Héctor, uno de los músicos de la banda, se puso a cargo de la batería.

El flamenco tuvo su aparición con el homenaje a Paco de Lucía a través de Zyriab, en la que el carismático artista con uno de sus músicos mantuvo un intenso duelo con arte gitano en el que los dos violines dialogaban.

Uno de los momentos más intenso de la noche dio fin a la "parte oficial" del concierto: Recordó con 1915 el genocidio armenio que ocurrió ese año y acabó con más de un millón de personas, que, como el músico recordó, muchos países no han reconocido todavía. Una composición larga e intensa con la que el mago del violin es capaz de exprimir todos los sentimientos de su instrumento.

Como refugiado que fue, tampoco se olvidó de denunciar lo que está ocurriendo en la actualidad en lugares como Siria.

En los bises llegó la parte más animada e informal del recital, con remixes y cambios de ritmo en los que el resto de instrumentos ganaron protagonismo, y todos los miembros de la orquesta tuvieron sus minutos para lucirse. El punto final lo puso con la emotiva Arya de Bach, con la que los asistentes se rindieron y despidieron a los artistas.

Antes de iniciar una nueva etapa con la vista puesta en el mercado internacional y en la composición de su propio repertorio, en septiembre Malikian pondrá fin a la gira con cinco conciertos especiales en los que contará con Orquesta sinfónica de más de 70 personas. Un espectáculo intenso, emocionante y divertido con el que seguro no te quedas pegado con el culo en la butaca.