El sospechoso de Dallas estaba enfadado por las muertes de afroamericanos
Según los detalles de la investigación desvelado por el jefe de Policía de Dallas, el sospechoso abatido aseguró estar enfadado por las muertes de afroamericanos y que quería matar blancos
Nueva York
El jefe de la Policía de Dallas, David Brown, ha ofrecido en una rueda de prensa los primeros detalles de la investigación y del operativo desplegados en la ciudad de Dallas, donde la pasada madrugada se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y policías que se saldaron con la muerte de cinco policías, en lo que ha sido el acto más sangriento cometido contra la Policía de EEUU desde el 11-S.
Según los datos ofrecidos por David Brown, el sospechoso comunicó a la policía que no pertenecía a ningún grupo y que actuaba sólo. Según la información facilitada por el jefe de la Policía de Dallas, este hombre aseguró estar enfadado por las muertes de afroamericanos y que quería matar blancos, especialmente a policías.
Tras tres horas de negociación e intercambio de disparos en un garaje, la policía introdujo una bomba con un robot teledirigido y acabó con la vida del sospechoso. "No vimos otra opción", ha justificado Brown, que también ha comentado que el sospechoso se atrincheró durante más de una hora armado en un aparcamiento de Dallas mientras profería numerosas amenazas. El atrincherado se ha identificado como Micah X Johnson, de 25 años, quien no contaba con antecedentes penales ni estaba vinculado a grupos terroristas.
El jefe de policía no ha querido confirmar cuantas personas hay detenidas en la operación, ni cuantos francotiradores dispararon a efectivos policiales durante la manifestación, porque la investigación sigue abierta. Si ha querido desvelar que los siete agentes heridos están fuera de peligro.
El ataque se produjo cuando los manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades del país, como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes racistas registrados en EEUU.
En concreto, la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían controlado en el suelo en Baton Rouge, en el estado sureño de Luisiana, y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights, en Minnesota, por disparos de un policía que le detuvo en su vehículo por una infracción de tráfico.
Estados Unidos ha vivido repetidos episodios de tensión racial desde hace más de un año, especialmente tras la muerte en Ferguson, en el estado de Misuri, en agosto de 2014, del joven negro Michael Brown a manos de un agente blanco que luego fue exonerado de todos los cargos.