De Guindos promete aumentar la recaudación en 6.000 millones modificando el Impuesto de Sociedades
El Ministro de Economía defiende a España como "la economía que más crece y más empleo crea" para evitar la multa de Bruselas
Bruselas
El gobierno en funciones enviará este miércoles por escrito todos sus argumentos a Bruselas pero De Guindos ha prometido ya 6.000 millones nuevos en la recaudación a través de una reforma del Impuesto de Sociedades que aún no está aprobada, otros 1.500 en intereses de la deuda y al menos 1.000 millones más de la lucha contra el fraude.
Los 8.000 millones de ingresos nuevos coinciden con los esfuerzos de reconducción del déficit fijados por Bruselas para lo que queda del año y el 2017 y si se aceptan evitarían recortes aunque para eso, el PP necesita los apoyos políticos de quien quiera estrenarse con aumento de impuestos.
Además, el Gobierno mantiene que la inflación, mucho más negativa de lo esperado, ha tenido una enorme influencia en la desviación del déficit y sigue defendiendo su Reforma Fiscal desde el convencimiento de que "los resultados se podrán confirmar en el futuro".
Son los elementos claves de un documento que el gobierno enviará este miércoles para responder a la ruda exigencia de un Eurogrupo que le ha reclamado rapidez en afrontar este nuevo expediente. Rapidez necesaria porque los gobiernos del Euro rechazan confirmar el año más de plazo para cumplir el déficit antes de que España justifique y acepte corregir los problemas que la han llevado a 5 puntos de déficit.
De las promesas que España realice depende la dureza de un expediente que es correctivo y como tal permite aplicar una multa de hasta 2.000 millones, el 0'2 del PIB y paralelamente congelar hasta el 50% de los Fondos Estructurales comprometidos para el 2017.
La congelación de Fondos Estructurales, aprobada para tranquilizar a los gobiernos más duros de la Unión se ha utilizado una vez contra Hungría a la que de forma preventiva se le congelaron el 29% de sus fondos, un total de 500 millones que sirvieron de garantía para controlar la acción de su gobierno.
El español, relativiza el riesgo de este porque no afecta a pagos del año en curso sino a compromisos del 2017 y se centra en evitar la multa. Multar a España "sería una sin razón", dijo ayer de Guindos antes de empezar la reunión. Hoy ha insistido, "sería una paradoja importante que a la economía europea que ha tenido el giro más importante e intenso, la economía que más crece, la que más empleo crea y esto en tiempos de incertidumbre mundial, se le impusiera una multa".
Pero el ministro sale de la reunión sin ningún gesto público que permita confirmar su versión. Moscovici, el Comisario de Asuntos Económicos que el viernes dijo que "la multa puede ser cero" si quieren los ministros, ayer modificó el discurso para negar que la multa cero pueda darse por hecho: "la multa puede ser 0 o puede ser el 0'2 del PIB español", dijo en la rueda de prensa.
Este martes, sus colegas han evitado ninguna referencia a la sanción eludiendo entrar a debatir los argumentos ni a justificar porque han decidido abrir este expediente correctivo contra el país del que hace pocas semanas hablaban siempre como si fuera el mejor alumno de la clase. Lo que en la práctica ha implicado que nadie ha respondido a la intervención de De Guindos. Algo previsto, han confirmado a la Cadena SER fuentes europeas que tras el ‘brexit’ creen que España se ha convertido en una especie de chivo expiatorio de quienes desean demostrar que Europa tiene leyes. Al margen de enviar una advertencia a los gobiernos de Francia y de Italia, este último, en pleno pulso europeo para salvar su banca, en un proceso que recuerda el ya vivido por España y sobre el que de Guindos no ha dejado de hacer comparaciones en un intento de demostrar que España había conseguido corregir lo que otros tienen aún por arreglar.