La justicia a golpe de tuit
Qué han decidido los jueces en algunos casos de denuncias por comentarios en Twitter
Poco a poco, se va sentando jurisprudencia sobre denuncias en el ámbito de las redes sociales. Recopilamos aquí algunos de los casos que se han hecho públicos:
Tenemos hoy el caso del cantante de Def con Dos, César Strawberry. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le ha llevado al banquillo por enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas de ETA, por siete tuits publicados en 2013 y 2014. Sin embargo, previamente, el juez de La Mata había archivado el caso al considerar que sus comentarios respondían a la estética "provocadora, irónica y sarcástica" del cantante. Argumentaba el magistrado que el imputado, en su "particular concepción del arte" buscaba "generar perturbación, disconformidad o escándalo" incluso con la violencia como "recurso artístico".
El 'caso Zapata' ha sido el más mediático. El juez Pedraz llegó a archivarlo en tres ocasiones al no ver delitos en los tuits publicados por el concejal en 2011, que enmarcaba en el derecho a la libertad de expresión. En un duro auto, que además el magistrado hizo público a través de las redes sociales, Pedraz consideraba que las palabras no pueden criminalizarse, como ocurre en las dictaduras. En opinión del juez, no existe un derecho a no ser ofendido" y los tuits no tenían la intención de humillar a la víctima, en este caso Irene Villa.
En 2012 la exconcejal de Pamplona, Ana Pineda, fue condenada por intromisión ilegítima en el honor de Uxue Barkos también por unos tuits en los que se la acusaba de utilizar su enfermedad, un cáncer, con fines partidistas. Argumentaba el juez que el derecho a la libertad de expresión no prevalece sobre el derecho al honor, aunque "la personas que ejercen funciones de relevancia pública estén sujetos a una crítica más intensa que los simples particulares". Añadía la sentencia que aunque los tuits no contenían "insultos formales" sí formaban "una idea insultante". La exconcejal tuvo que publicar el fallo en su cuenta de Twitter al menos durante dos meses.
En enero de 2015 un juzgado de Sevilla condenó a Luis Pineda, de Ausbanc, a pagar 4.000 euros de indemnización a Rubén Sánchez, de FACUA por lesionar su derecho al honor. Los tuits se consideraron vejatorios y además se tenía en cuenta la reiteración en los insultos se consideraba "una muestra clara de la intención de atentar contra el honor ajeno". El tribunal obligó también a publicar la sentencia en Twitter.
El pasado mes de febrero fue condenada a dos años de cárcel una joven, que bajo seudónimo, publicó tuits vejatorios contra Irene Villa y Miguel Ángel Blanco. Según la sentencia, las expresiones vertidas en aquellos 140 caracteres presentaban niveles de crueldad, vejación, humillación y hasta falta de piedad". Incluso consideraba la juez que aunque la víctima no se sintiera "inquietada" por frases tan indignas, no constituía "óbice" para sancionar a la acusada por estas conductas.