Franck, el motorista que frenó el camión
Se encaramó a la cabina y a través de la ventana le golpeó con sus puños en la cara. El terrorista le apuntó con su pistola pero “no funcionó”
París
Varios testigos, incluso un vídeo grabado casi por casualidad por un periodista alemán lo atestiguan. Un motorista persiguió durante algunos momentos al camión de Bouhlel. Se puso a su izquierda, tiró la moto y se encaramó a la cabina. El camión desaceleró. Pocos segundos después se oyeron tiros. Enseguida la policía se acercaba y Bouhlel era abatido. Todo el mundo creía que era uno de los 84 muertos o de los cientos de heridos graves. Nice Matin le ha encontrado vivo, salió casi ileso, con una costilla rota y numerosos hematomas. Pero lo peor es lo que no se ve.
Franck, así se llama el que la prensa francesa considera ya como el héroe de Niza. Cercano a la cincuentena, es empleado del aeropuerto de la región. Se había perdido los fuegos artificiales y decidió salir a tomar un helado con su mujer, cuando vio correr despavoridos a cientos de personas. Entonces divisó al camión y la riada de víctimas que iba dejando tras sí. Entonces dejó a su mujer pese a sus protestas y “aceleré a fondo, mi única obsesión era pararlo” antes de que llegara a la plaza Masséna, donde suponía estaba su hijo.
Cuando llegó a la altura de la cabina Franck se dio cuenta de que no podría hacer nada con su pequeña moto y decidió arrojarla contra el camión. Entonces se encaramó a la cabina, tras una caída, y a través de la ventana le golpeo con sus puños en la cara. Bouhlel le apunta con su pistola pero “no funcionó”, luego le golpea con el arma en el cráneo, pierde algo el equilibrio per se recupera y entonces el asesino dispara al aire. Franck cae al suelo y en ese momento la policía intercambia varios disparos hasta que el terrorista cae abatido.
La intervención de Franck fue decisiva, porque el camión que había alcanzado 90 km por hora en su recorrido, desaceleró y las fuerzas del orden lograron neutralizarlo.