Necesita mejorar
Un buen Paris Saint Germain derrota al Real Madrid 3-1 en el calor de Ohio
Columbus
Una mala primera mitad condenó al Real Madrid en su puesta de largo americana. Los de Zidane se vieron superados por un rival más rodado y bien organizado. Karim Benzema, con una sobrecarga muscular, siguió el partido desde la banda.
Casi no había terminado Ángel Di María de saludar a todo el banquillo blanco cuando llegó el primer gol del partido. Ikoné cogió la pelota y fue dejando rivales por el camino como hacía en este estadio Ezekiel Elliot antes de irse a los Dallas Cowboys. Le entraron ganas de meterse en la portería buscando un touchdown, pero ante la salida de Casilla cruzó la pelota.
La primera parte tuvo color parisino y eso que el choque pudo cambiar al cuarto de hora. Tras una buena jugada blanca Kovacic sacó la varita. Su disparo desde la frontal del área al más puro estilo Isco se estrelló en el palo cuando la gente ya se abrazaba en la grada. El calor y la humedad obligaron a parar el partido a la media hora y ese tiempo muerto le sentó mal al campeón de Europa. Una pérdida de Kovacic, la segunda consecutiva, permitió a Thomas Meunier marcar el gol de la noche. Su disparo desde la frontal tenía que entrar por la escuadra y así fue. El mismo jugador, que entró al campo en sustitución del lesionado Thiago Silva, logró el tercero tras una preciosa jugada coral. Antes del descanso, Isco provocó un penalti que trasformó Marcelo.
En la segunda mitad Asensio y Carvajal lideraron a un equipo plagado de canteranos que vestían por primera vez la camiseta del primer equipo, como es el caso de Enzo Zidane. Mariano y Odegaard pedían la pelota constantemente ante la mirada de su entrenador, que no paraba de dar indicaciones como si fuera un partido oficial. El delantero de origen dominicano lleva el gol en la sangre y sus disparos llevaron peligro. Los 86.641 espectadores que presenciaron el partido en directo vieron la mejor versión madridista con el equipo reserva, destacando la labor de Rubén Yáñez, que desbarató las pocas llegadas de los Ben Arfa y compañía. El próximo compromiso blanco será el sábado en Ann Arbor contra el Chelsea de Antonio Conte.