El infierno de las cárceles sirias
Amnistía Internacional ha reconstruido la situación de uno de los penales más denunciados de Siria, el de Sednaya, cerca de Damasco, y denuncia unas condiciones de vida inhumanas para los detenidos
Miles de familias sirias viven con la angustia de no saber qué les ha pasado a sus desaparecidos. Desde las primeras detenciones masivas con las protestas de 2011, las cárceles formales e informales se llenaron de cientos de personas, muchas de ellas meros manifestantes.
Amnistía Internacional, cansada de recibir silencios a sus peticiones de entrar a esos penales, ha trabajado con arquitectos forenses y presos supervivientes para reconstruir uno de los penales más infames, el de Sednaya, cerca de Damasco.
<p>Omar Daqneesh, de cinco años, sobrevivió a un ataque aéreo en la ciudad siria de Alepo</p>
Samer responde a las preguntas de la arquitecta Hania Jama, que con su información reconstruye los detalles de la celda en que fue encerrado: "De sus croquis va emergiendo un ventanuco casi a ras de suelo, a 30 centímetros, lo recuerdo muy bien dice él, porque el guarda le obligó a sacar la cabeza de costado, y cuando quedó como atrapado al enderezarla, empezó a lanzarse sobre él. "La cabeza le daba vueltas y sangraba, hasta que perdió el sentido".
Con modelos de ordenador, el equipo de arquitectos reproduce las penumbras, la oscuridad los susurros, Samer puede contarlo. Pero los cálculos hechos por Amnistía para este informe, junto a un grupo científico especializado en este tipo de análisis, cree que las privaciones, la enfermedad y la tortura han matado en las cárceles sirias a más de 17 mil personas desde 2011.
Lana es una estudiante de ingeniería de 25 años de la ciudad siria de Tartús, nos cuenta su experiencia del mes que pasó encerrada en uno de esos centros. "Sólo una vez, cuando me llevaban de Tartús a Damasco me golpearon. Pero a otra chica que estaba conmigo la golpeaban y le daban descargas eléctricas. Teníamos una mujer mayor a la que constantemente golpeaban y estaba en muy malas condiciones. Necesitaba, medicamentos y cuidados. Si necesitabas un medicamento, podían tardar un mes en darte una pequeña cantidad"
Lana fue afortunada. La detuvieron a finales de 2014 en su ciudad por haber participado en las manifestaciones del principio de la Revolución. Pero sabe cual es la causa de su suerte:
"Creo que mi familia pagó dinero, por eso estuve muy poco tiempo. Mi familia pagó mucho dinero para ayudarme. Eso eliminó muchos de los cargos y me permitió salir. Acabé en Turquía, y desde hace no mucho estoy en Alemania".
Hay mucha gente en Siria de la que no sabemos nada, sus familias no saben nada de ellos. Y eso es más duro que cuando sabes que han muerto. Lo sabe por experiencia, porque mucho antes de 2011 su familia, como otras muchas, vio como su tío desapareció por ser del Partido Comunista no legal y murió en prisión. Eso fue mucho antes de 2011.