La ballena gris resurge en Rusia tras la colaboración de una petrolera
Los ecologistas que se oponían a la perforación en esa zona han conseguido que la petrolera implante medidas para proteger a esta especie en peligro de extinción
Honolulu
La ballena gris del oriente ruso, una especie en peligro crítico de extinción, ha experimentado una esperanzadora recuperación gracias a la colaboración de una empresa petrolera con científicos y conservacionistas para minimizar el impacto de su actividad.
La iniciativa arrancó en 2004 promovida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), WWF y el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW). La UICN creó un grupo de trabajo sobre la población de la ballena gris en el extremo oriente de las aguas de Rusia, respondiendo a una creciente preocupación por los planes de expansión de la petrolera Sakhalin Energy (cuyo principal accionista es Shell) en el mar de Ojotsk y su impacto potencial sobre esta especie de cetáceo en peligro crítico.
El movimiento ecologista, que se oponía a la perforación en esa zona, consiguió finalmente que los prestamistas de la petrolera, entre los que se encontraban bancos como Credit Suisse y BNP Paribas, establecieran toda una serie de condiciones de mitigación de su acción para poderle otorgar el préstamo.
Entre esos requerimientos estaba el que Sakhalin Energy financiara a un equipo científico independiente coordinado por la UICN, que formulara recomendaciones para sus operaciones.
Indicios de recuperación
En los últimos doce años la petrolera ha llevado a la práctica el 90% de las 539 recomendaciones que le hicieron científicos y conservacionistas, entre otras, modificar el trazado de su oleoducto para minimizar el impacto y la alteración causada en las zonas de alimentación de las ballenas.
Además, la multinacional también ha seguido las recomendaciones de los conservacionistas para ejecutar sus estudios sísmicos en zonas de menor impacto. El resultado, según los científicos que han participado en el estudio, es que la población de esta especie al borde de la extinción "está mostrando lentos indicios de recuperación".
Así, desde que la industria colabora con los conservacionistas la población de ballena gris en aguas del extremo oriente de Rusia ha aumentado entre un 3 y un 4 % anualmente, pasando de 115 animales en 2004 a 174 en 2015.
"Lo que empezó hace 12 años como respuesta a un conflicto creciente entre los ecologistas y la industria petrolífera y gasística por una población de ballenas en peligro crítico ha redundado en beneficios múltiples para la conservación y para la empresa", indicó durante la presentación del informe Inger Andersen, directora de la UICN.
Continuar por el mismo camino
Este alentador caso de cooperación entre un gigante de la industria extractiva con investigadores y activistas ha sido presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza, que se celebra hasta el 10 de septiembre en Hawai.
"El aumento anual de la población de ballenas es esperanzador, pero su recuperación a más largo plazo requiere que un número mayor de compañías de la región se sumen a este esfuerzo," explicó Doug Nowacek, uno de los científicos que ha participado en el estudio.
"Apelamos ahora a otras instituciones financieras a reproducir este éxito, incluyendo condiciones estrictas antes de dar préstamos a proyectos que puedan tener impactos negativos sobre especies y hábitats en peligro", agregó Elliott, directora de biodiversidad de WWF.
Durante la presentación del informe, la directora de la UICN avanzó que las tres organizaciones firmarán otro acuerdo quinquenal (2017-2021) con Sakhalin Energy para que un equipo independiente de científicos siga proporcionando recomendaciones a la empresa, ya que la ballena gris del oriente ruso sigue formando parte de la categoría "en peligro crítico" de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.