Pasos de 'Gigante' hacia el éxito

Guadalajara

Pues sí, se puede conseguir un gran festival este verano sin la necesidad de contar con Izal o Love Of Lesbian. Esa es la principal conclusión que se extrae de dos días de música de primerísimo nivel en el Festival Gigante de Guadalajara. 

Grupos como la Maravillosa Orquesta del Alcohol, la Pegatina, Miss Cafeína o Sidonie triunfaron en un Fuente de la Niña que calentó el viernes para llenarse el sábado. Una organización exquisita culminó lo los artistas habían empezado a hacer con su música. 

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Para el recuerdo quedará la versión de la canción de Supersubmarina 'Viento de cara', hecha por La Habitación Roja y Sidonie para recordar a la banda de Baeza, que era cabeza de cartel de la cita de Guadalajara pero que aún están en el hospital peleando para recuperarse del accidente de tráfico que sufrieron.

Sobre los tres escenarios que había en el Festival Gigante se pudo ver a grandes y contrastados grupos como Amaral. Pasan los años, llega gente nueva pero Eva Amaral sigue siendo una de las mejores voces del panorama musical en España. Su fuerza, sus ganas y su entrega en directo tras tantos años son una delicia para el espectador.

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Pero lo bueno de festivales como estos es poder ver a el crecimiento de bandas que en unos años, y sin ninguna duda, estarán en lo más alto del cartel. Uno de ellos es La M.O.D.A., la banda de Burgos sigue creciendo y sus directos no paran de mejorar y convertirse en la mejor terapia para un mal día. 

La 'Charo' de un crítico Quique González, que le preguntó a Rodrigo Rato '¿Dónde está el dinero?' añadió polémica y crítica a una bonita y corta actuación. Los Detectives y la voz de Nina de Morgan le han dado a González un añadido más a su ya delicioso directo. Todos terminamos quitándonos el 'Salitre' en mitad de la Alcarria.

El Gigante de Guadalajara congregó a jóvenes, grupos de amigos, gente de la zona, muchos madrileños y a muchas familia. La imagen de niños viendo en primera línea los conciertos menos masificadas son la clara muestra de que este tipo de eventos no están limitados a 'millennials'.

Solo una pega: a pesar de que aún mantenemos el espíritu olímpico, las carreras de punta a punta, de escenario a escenario, se podían haber evitado creando un pequeño paréntesis entre concierto y concierto, el tiempo necesario para vaciar la vejiga y rellenar el vaso.