Política

Rivera espera un batacazo del PSOE que obligue a Sánchez a abstenerse

Ciudadanos asume su papel irrelevante en Euskadi y Galicia y afrontas las elecciones como un examen a su implantación nacional

GRA001. BILBAO, 23092016.- El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, presenta una conferencia del candidato del partido a lehendakari, Nicolás de Miguel, en el último día de la campaña electoral vasca, hoy en Bilbao. EFELuis Tejido / Luis Tejido EFE

Madrid

Ciudadanos rechaza la posibilidad de que el resultado de las elecciones en Euskadi y Galicia pueda provocar algún movimiento que facilite la constitución de un gobierno en España. Sobre todo en lo que afecta a la formación naranja. Albert Rivera se niega a respaldar con sus votos el plan de Pedro Sánchez, que intentará conformar una mayoría alternativa a Mariano Rajoy con Podemos y Ciudadanos. "No vamos a apoyar un Ejecutivo que dure tres cuartos de hora", ha reiterado insistentemente en la última semana de campaña. En lo que sí depositan esperanzas los dirigentes de Ciudadanos es en que un mal resultado del PSOE ahonde la guerra interna que se libra entre Ferraz y las federaciones críticas, como Andalucía, Extremadura, Aragón o Castilla-La Mancha. El partido confía en que un batacazo en las urnas provoque que el secretario general del PSOE abandone de una vez su intención de presidir el próximo Ejecutivo y se imponga el criterio de los líderes socialistas que en privado abogan por una abstención en favor del PP.

La formación de Rivera acude a estos comicios más pendiente del tablero nacional que del autonómico. En Euskadi y Galicia hay pocas aspiraciones. En el primer caso, Ciudadanos espera conseguir al menos un diputado. "Es cuestión de un puñado de votos", "hay opciones", defienden los dirigentes más optimistas que confían en quedarse con los votantes de UPyD que en estas elecciones ha renunciado a presentar su candidatura. Aunque la formación consiguiera colocar a un representante en la Cámara, el escenario de mayorías lo haría irrelevante. En el caso de la Comunidad gallega, las expectativas se han ido por el desagüe según ha ido avanzando la campaña. Al principio el partido apostaba todo a intentar que Alberto Núñez Feijoo pierda este domingo la mayoría absoluta y necesite contar con los escaños que consiga Ciudadanos para seguir al frente de la Xunta. En los últimos días la dirección del partido no oculta que será complicado lograr los votos necesarios para hacerse con un diputado. 

Para lo que sí servirán estas elecciones es para medir la implantación del partido, que sigue teniendo problemas en muchos territorios. En Galicia se ha actuado con mano de hierro contra las voces críticas que pedían más debate en el seno del partido. La dirección ha expulsado a militantes y dirigentes sustituyéndolos saltándose el proceso de primarias. Otros miembros de la formación han huido denunciando falta de democracia interna. Para el partido es un reto conseguir representación en esas dos Comunidades para apuntalar su papel de fuerza nacional. Si no lo consigue, su actividad se circunscribirá a 13 de las 17 asambleas legislativas, aunque solo en Madrid, Cataluña, Andalucía, La Comunidad Valenciana, Murcia o Aragón su peso es determinante.

 
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