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Análisis

'El amor está en el aire' y huele a naftalina

La virtud y el fallo garrafal del nuevo programa de Antena 3

Juan y Medio y Ares Teixido en 'El amor está en el aire' / Atremedia

Madrid

La nueva temporada televisiva ha tardado en llegar a Antena 3, pero la cadena estrena mes con toda una ofensiva contra su rival más inmediato: Telecinco. El canal principal de Atresmedia lanza esta semana sus tres apuestas previstas para este otoño: El amor está en el aire, Velvet y Tu cara me suena 5.

Precisamente este martes, El amor está en el aire ha inaugurado este aluvión de estrenos. En Cadena SER ya hemos visto el nuevo programa de entretenimiento de Antena 3 y estas son las conclusiones a las que hemos llegado:

LA VIRTUD

Ares Teixido. Rostro de Telecinco tras su participación en Gran Hermano VIP 3, una de las ediciones más exitosas del reality. Hizo sus pinitos como presentadora en Cazamariposas (Divinity) y colaboró en el debate del reality estrella de Mediaset España. Sus antecedentes y, sobre todo, la imagen que se ganó concursando en Gran Hermano le restaron credibilidad como profesional del medio, algo que no pasaron por alto los más críticos cuando Antena 3 decidió ficharla para El amor está en el aire.

Pero como todo, al César lo que es de César. Ares Teixido sorprende para bien en su papel de co-presentadora gracias a esa naturalidad, espontaneidad y frescura que ya le hubiese gustado presumir a Sara Carbonero en Quiero ser. No queda rastro de la joven que tuvo sus más y sus menos con Belén Esteban en GH VIP. Ares está dispuesta a hacer borrón y cuenta nueva, y lo cierto es que no va por mal camino.

Su papel en El amor está en el aire es implicarse en la historia y apadrinar a sus protagonistas en esta aventura televisiva, una función en la que se desenvuelve sorprendentemente bien. Incluso llega en ciertos momentos a hacer sombra al cabeza de cartel, Juan y Medio. Una pena que Ares Teixido se haya involucrado en un programa tan decadente, más propio de una época pasada.

El DEFECTO CON MAYÚSCULAS

La manía de A3 de querer ser Telecinco. Bodas imposibles que terminan por celebrarse, reencuentros entre padres e hijos… Antena 3 se empeña en recuperar el espíritu Sorpresa, Sorpresa sin ser consciente de que ni la televisión ni el contexto son los mismos que cuando Isabel Gemio hacía llorar a media España a golpe de reencuentros y momentos inesperados.

El amor está en el aire peca de estar a medio camino entre el mítico formato de Gemio, Lo que necesitas es amor de Jesús Puente y el último híbrido de ambos: Cámbiame Premium. Cuando todos pensábamos que se había aprendido la lección después del batacazo que supuso el programa de Telecinco, Antena 3 sorprende con este esperpento que recupera lo peor de los programas de los años 90, sin saber trasladar ni su gracia ni su efecto sorpresa. En definitiva, un producto que se aleja de la línea más trasgesora de la cadena, dejando un rancio tufillo a naftalina.

Las cosas como son: resulta muy difícil (por no decir imposible) emocionarse ante unas historias que pecan de repetitivas y a cuya puesta le falta de naturalidad por todas partes. La sucesión de pseudodramas y la mecánica de su resolución resultan tan poco atractivas y convincentes que poco puede hacer Juan y Medio por añadir la puntilla ‘lacrimógena’ al asunto. De hecho, el presentador flaquea precisamente en eso, esa veteranía en la que siempre se ha regodeado.

 
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