Cruz Novillo: del puño y la rosa a un logo para España olvidado en un cajón
Casa América expone gran parte del trabajo del diseñador Cruz Novillo, creador del logotipo del PSOE y de un logo para el Gobierno de España que nunca llegó a usarse
Madrid
"Un signo es cualquier cosa, incluso cada ser humano es un signo. Pero los supersignos, normalmente, son imágenes que tienen un potencial descontrolado, que incluso a veces se le escapa al propio diseñador: en los supersignos hay algo que no se puede destruir". Son palabras de Gabriel Martínez, comisario de la exposición 'Supersignos' en Casa de América, que recoge el trabajo de dos grandes diseñadores y creadores de infinidadad de logotipos, Félix Beltrán y Cruz Novillo.
José María Cruz Novillo (Cuenca, 1936), escultor, pintor y diseñador, es el padre de los logotipos de Correos, Antena 3 Radio, Renfe, Repsol, la Fundación ONCE, el Cuerpo Nacional de Policía, el Tesoro Público o del diario El Mundo. Pero de entre todos los supersignos que acoge esta exposición, Cruz Novillo se siente especialmente orgulloso del logotipo del PSOE, la imagen del puño y la rosa.
Explica que fue un encargo, "el partido estaba en la clandestinidad y se trataba de hacer un signo, un logo, para que saliera de ella. El PSOE tenía dos ideas históricas, la de un yunque con un tintero y una pluma y otra idea, que procedía del partido socialista francés, que manejaba el puño y la rosa. Y a mí me gustaba más este último porque lo del tintero me parecía imposible. Y a Guillermo Galeote le encantó esa opción". ¿Ha envejecido bien? "Yo creo que está perfecto. Los primeros dibujos los hice en 1976 y ha sido muy bien gestionado por todas las Ejecutivas que han pasado". A Cruz Novillo le gustaría que el PSOE mantuviera el logo y, entre risas, cree que si decidieran cambiarlo "me disfrazaría de téorico con acento extranjero y les diría que no se les ocurra cambiar lo que hizo Pepe Cruz Novillo, porque es una ecuación muy bien resuelta". Si le propusieran la revisión del logo, "con el corazón, hoy no aceptaría el trabajo, lo que hice en el 76 no quiero cambiarlo".
Cruz Novillo recuerda que algunos de los signos que se pueden ver en esta exposición los creó hace cinco décadas, cuando empezó a trabajar en una agencia de publicidad con 21 años y era "un creativo contratado", una época con "la promiscuidad más grande que puede tener un creador". Explica que el 90% de sus trabajos los ha hecho por encargo y que pasaron años hasta que se independizó y creo su propio estudio, Cruz Novillo + Olmos. Ahora, trabaja con su hijo Pepe, arquitecto y diseñador, y al echar la vista atrás dice que "la supervivencia, en estas condiciones... me parece mentira haber estado tanto tiempo, todavía tengo encargos con mis hijo que resolver esta semana".
Gabriel Martínez, comisario de la muestra, señala que en la obra de Cruz Novillo "hay geometría, síntesis y un impacto de manera radical, no estética". Cree que "la potencia" de su obra hace que sus signos se distancien de lo estético y lo pasajero, y hagan que su obra sea más atemporal. Cruz Novillo dice de su obra que "la sencillez básica es temperamental" y añade que gran parte de su trayectoria ha compaginado su labor como diseñador y como artista plástico y en ambas facetas es común "la potencia".
En más de cincuenta años de trayectoria, Cruz Novillo ha creado más de 300 supersignos y logotipos para empresas e instituciones, principalemente españolas, y reconoce que ha tardado en ser consciente de que una parte de la identidad de este país, a través de sus símbolos, es obra suya.
Si le encargaran hoy un logotipo para la marca España, ¿cómo sería? "Ya lo hice, un logotipo para el Gobierno de España, después de un proceso de concurso público yo entregué una marca para el Gobierno y está en algún lugar de la Moncloa", explica Cruz Novillo, que recuerda que fue un encargo del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en su segunda legislatura. Dice el diseñador que se trata de un logo con "el escudo constitucional, el escudo de la bandera, negro, amarillo y rojo" y que bien podría emplearse como un signo de la marca España. Un concepto que, en su opinión, es una "entelequia filosófica, conceptual, política, económica y que yo, con toda mi experiencia, no sé qué significa: ¿Rafa Nadal jugando al tenis?, ¿Conchita Piquer cantando?"
Su hijo explica que el logo nunca llegó a usarse porque "coincidió con la eclosión brutal de la crisis del país y de la crisis del cliente (el Gobierno de Zapatero)". Cruz Novillo confiesa que ha estado a punto de incluirla en la exposición, pero ha sido su hijo el que decidió no hacerlo "porque no pierdo la esperanza de que el cliente lo saque del cajón".
"Cruz Novillo crea para durar: él construye con el orden y la lógica, no tenemos muy claro qué es un país, pero sí cómo se diseña y se construye: con rigor, con orden y con formas muy claras. Luego la vida les da otros usos", apunta Gabriel Martínez.