Sting devuelve la música a la mítica sala Bataclán un año después del atentado
El cantante da un concierto en la mítica sala parisina cuyos beneficios irán íntegramente destinados al apoyo de las víctimas de la masacre, que acabó con la vida de 130 personas
87 de las 137 víctimas se encontraban dentro de la sala en un concierto de Eagles of Death Metal
París
La sala de espectáculos Bataclan, principal escenario de las matanzas de los atentados de París del 13 de noviembre de 2015, en los que murieron 130 personas, reabrió este sábado sus puertas con un concierto de Sting entre estrictas medidas de seguridad. Unas 1.500 personas estaban presentes en el Bataclan cuando comenzó, minutos después de las 21.00 locales, el espectáculo de Sting precedido de un minuto de silencio.
"Tenemos dos objetivos que concilar, honrar a los que perdieron la vida y después celebrar la vida, la música, que representa esta sala de espectáculos histórica. Por tanto, antes de comenzar, me gustaría que mandásemos un minuto de silencio", apuntó Sting para silenciar la sala un instante antes de comenzar su actuación.
Antes de acceder, los espectadores (entre los que había varios centenares de los que habían estado allí mismo el día de los atentados o miembros de sus familias) tuvieron que pasar hasta cuatro controles de seguridad. De hecho, en el exterior del edificio, decenas de policías armados con metralletas habían establecido un perímetro que impedía acercarse a varias decenas de metros de la fachada a cualquiera que no tuviera una entrada, y los coches no podían circular en una manzana alrededor.
Aparte de las decenas de periodistas que tenían sus platós bajo pequeñas carpas, pocos curiosos acudieron hasta ese perímetro de vallas, desanimados también por una lluvia fría que añadió un toque de melancolía al ambiente, al que contribuía igualmente un pequeño altar con ramos de flores y velas junto al parterre del Canal Saint Martin que pasa por allí.
En representación del Gobierno francés estuvo la ministra de Cultura, Audrey Azoulay, que dijo a la prensa que esta noche el Bataclan iba a ser "la mayor sala de espectáculos de Francia y tal vez del mundo" e insistió en lo "importante" que resultaba que la vida volviera.
Antes del concierto, las fuerzas del orden incluso llevaron a cabo un peinado y un registro minucioso en el interior, lo que incluyó el paso de los artificieros también en los subterráneos. Además, se instalaron 14 cámaras de vigilancia tanto dentro como fuera.
Entre los espectadores (las entradas que se pusieron a la venta se terminaron en unos minutos), había una cuarentena de medios de comunicación, y eso que se habían rechazado cientos de demandas de acreditación. En un café próximo a la sala de espectáculos, se organizó un servicio de atención psicológica para aquellos supervivientes o familias de víctimas que pudieran necesitarlo.
Sting llegó dos horas y media antes del inicio para unos ensayos. El concierto se había programado con una duración de una hora, centrado en el último disco del músico británico. Su entorno había anticipado que iba a pronunciar unas palabras en francés para recordar el ataque del 13 de noviembre del pasado año, que sólo en esta sala de fiestas había causado 87 muertos y cientos de heridos. "Tenemos dos objetivos que concilar, honrar a los que perdieron la vida y después celebrar la vida, la música, que representa esta sala de espectáculos histórica", afirmó el cantante.
Sting, que había actuado una vez en el Bataclan, en 1979, no recibe ni un euro por este concierto, ya que ha decidido que sus honorarios se destinen a dos organizaciones de ayuda a las víctimas. El concierto será emitido sólo en diferido por la televisión pública francesa, una primera vez después de la medianoche del domingo y luego el lunes por la noche, en horario de máxima audiencia.
"Era la única respuesta al horror de ese día", señaló el codirector del Bataclan, Jules Frutos, quien en una entrevista en la emisora 'France Info' precisó que Sting había sido el propio artista el que se ofreció para tocar en la sala. "Fue él quien lanzó la primera piedra. No tardé mucho en recogerla", apuntó Frutos en la citada entrevista, quien ha precisado que en el interior de Bataclan "se ha rehecho de forma idéntica" y que las obras terminaron la semana pasada.
En marzo y en octubre ya se organizaron visitas para 400 de los espectadores que presenciaban la noche del 13 de noviembre de 2015 la actuación de los Eagles of Death Metal, quienes, por su parte, no volverán. El cantante del grupo, Jesse Hughes, acusó a algunos de los vigilantes de haberse evaporado con la llegada de los terroristas -algo desmentido por la investigación-, y lo achacó al hecho de que fueran de origen árabe.
Los roqueros de Eagles of Death Metal "no pasarán por Bataclan", anunció el codirector, quien añadió que "por respeto de todos (...) y de la decencia, no se me ocurriría invitarlos".
Ayer, se guardó un minuto de silencio durante el partido de fútbol entre las selecciones de Francia y de Suecia en el Estadio de Francia (uno de los escenarios de la acción terrorista), en presencia del presidente francés, François Hollande.