El Cholismo en el diván
Simeone debe agitar y convencer al vestuario
Cuando hace un mes parecía que Simeone había dado un paso adelante en la evolución de “su” Atlético de Madrid, porque este Atleti es suyo, y había conseguido convertirse en un equipo dominador, atrevido y jovial sin perder su seguridad defensiva, de repente nos encontramos con un grupo en la incertidumbre. De aquel partido en Mestalla donde pareció presentarse un Atleti grande y atrevido, se pasó de pronto a la derrota en Sevilla, el tortazo de San Sebastián y finalmente la depresión total en el derbi.
El peor escenario posible para mostrar tu herida porque el vecino iba a aprovecharla seguro para echar más sal. El sábado en el Calderón, salvo unos minutos de la segunda parte, el Atleti pareció el de la época anterior al Cholismo: un equipo desconfiado, temeroso de sus debilidades, sin esa fe que les tenía enchufados hasta el último segundo del descuento. ¿Qué les ha pasado?
“A la hora de defender somos más frágiles”
Gabi mentó la bicha. Inopinadamente, en un acto publicitario, cuando le preguntaron por la nueva posición de Koke, el veterano capitán dejó escapar con sinceridad el sentimiento del equipo: somos más vulnerables. Este equipo había ido creciendo desde la fortaleza atrás, acumulando partidos con la portería a cero. No importaban las dificultades que se atravesaban para ganar, porque la conciencia de ser seguros hacía consistente a todo el grupo. Ya se cansará el rival, ya cometerá un fallo, ya le pillaremos en un despiste, y si no nos llevamos un empate. No hay quien nos meta mano. Y a partir de ahí a crecer.
Esa zona de seguridad se ha quebrado y por esa grieta han entrado las dudas. La cara de los jugadores, y la de Simeone en la banda, en lugar de transmitir esa pasión que antes contaminaba todo deja entrever sobre todo tensión y nervios. Y ese estado condiciona todo el juego del Aleti
¿Qué hace falta?
Hay quien está pidiendo al Atleti que vuelva al Cholismo primigenio, que dé un paso atrás, que se proteja y recupere la versión segura, la versión hormiga, el partido a partido y todo aquello que le permitió competir al máximo nivel. Como si fuera fácil y se tratara solo de tocar una tecla: “Venga chicos, ahora todos a defender, que nos hemos equivocado”. Yo creo que sería un error y una pena, y no porque lo de antes no estuviera bien, que siempre defendí esa opción de juego como legítima, sino porque el Atleti ha sabido jugar a otra cosa y nos ha gustado. Habrá que ajustar cosas, seguro, pero renunciar al juego atrevido y meterse en la concha ahora sería frustrante.
Lo que ahora necesita el Atleti es al Cholo más convencido que nunca de su apuesta. Ese Simeone avasallador que convencía en cada rueda de prensa de que “si se trabaja, se puede”, de que “con constancia y dedicación se logran todos los objetivos”. Es el momento de que Simeone pegue un nuevo arrebato en el vestuario, para que esos mismos jugadores que se creyeron capaces de competir con el Barça y el Madrid desde la intensidad, crean que pueden hacerlo desde el fútbol, que no se sientan inferiores, que destierren lo de “ellos son mejores”.
El Cholo tiene que consolidar el paso adelante dado en el juego, si se vuelve atrás, será reconocer una inferioridad endémica que impediría el crecimiento del club. Simeone tiene que demostrar en este mal momento su capacidad para agitar el vestuario y convencerles del propósito. Es un reto tremendo, tan grande como el de sacar al Atleti de la indolencia de hace unos años. Un desafío que desde el vestuario debiera contagiar a la grada, al club y a todo el fútbol español. ¿No necesitaba Simeone alicientes? Ahí tiene uno grande.
Jesús Gallego
Director de 'Hora 25 Deportes'