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Fronteras

Bélgica cede 10 hectáreas a Países Bajos para redefinir parte de la frontera común

Ambos países fijaron el límite sobre el río Mosa en 1843; más de un siglo después, la alteración del cauce para facilitar la navegación dejó varias zonas sin acceso desde su propio país

Ruskpp Getty Images

Bruselas

Bélgica ha cedido este lunes diez hectáreas de terreno a Países Bajos, como resultado de la firma de un acuerdo que redefine la frontera común que fijaron los dos países en 1843, basándose en los límites del río Mosa.

"Es la prueba de que se pueden modificar las fronteras de forma pacífica", ha celebrado en un comunicado el vicepresidente del Gobierno belga y ministro de Asuntos Exteriores, Didier Reynders, que se ha trasladado a Ámsterdam para participar en la firma solemne del tratado fronterizo, junto a su colega holandés, Bert Koenders, y las Casas Reales de ambos países.

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Los cambios de la linde afectan a la línea que separa la ciudad belga de Visé de las neerlandesas Eijsden-Margraten y Maastricht, que fue inicialmente establecida en 1843 a partir del punto más bajo del río Mosa.

Las condiciones cambiaron entre 1962 y 1980, cuando se modificó el cauce del río para facilitar la navegación y quedaron alteradas las referencias del pacto transfronterizo, ya que un pequeña parte del suelo belga quedó aislado del lado holandés, sin acceso terrestre desde su propio país.

Frontera sobre el río Mosa entre las ciudad belga de Visé y las neerlandesas de Eijsden-Margraten y Maastricht. / Google Maps

Tras un primer intento frustrado de revisar la frontera, finalmente las partes acordaron un protocolo en junio de 2016 que facilitara el acuerdo, tras negociar cuestiones relacionadas con la gestión de las aguas y del territorio. El pacto fija de nuevo la frontera en base a la línea media del nuevo cauce del río.

Otras fronteras peculiares de Bélgica

La frontera sobre el río Mosé entre la ciudad belga de Visé y las neerlandesas de Eijsden-Margraten y Maastricht no es la única frontera peculiar que tiene Bélgica. El municipio de Baarle cuenta, probablemente, con los límites internacionales más endiablados de Europa.

Mapa del municipio belga-holandés de Barle. / Google Maps

Baarle-Hertog, la parte belga, y Baarle Nassau, la neerlandesa, comparten una complicadísima frontera con 23 enclaves. Las líneas divisorias entre ambos países atraviesan incluso edificios y locales.

Una cafetería de Baarle, en límite entre Países Bajos y Bélgica. / Jérôme

En el este del país, cerca de Verviers, el ferrocarril Vennbahn constituye una fina franja de territorio belga que se adentra en territorio alemán y creó cinco exclaves germanos al oeste de la línea férrea. Sus habitantes tienen que pasar obligatoriamente por suelo belga para acceder al resto de Alemania.

Recorrido del Vennbahn, entre Bélgica y Alemania. / autorovi

Cuando la línea de tren fue construida, a finales de siglo XIX, todo el territorio era alemán, pero una cláusula del Tratado de Versalles obligó a Alemania a ceder a Bélgica la soberanía sobre las vías férreas y el suelo sobre el que están construidas.

El Vennbahn dejó de funcionar en 2001 y las vías fueron desmanteladas, pero esa fina franja de tierra sigue sobre el papel bajo soberanía belga.

 
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