Dianova usó a los inmigrantes como mano de obra ilegal para reparar el centro
Los trabajadores alertaron al Gobierno de que la dirección utilizó a los internos del programa de ayuda humanitaria para llevar a cabo hasta cuatro reparaciones de las instalaciones
La Cadena SER ha tenido acceso al escrito enviado por empleados de Dianova al Ministerio de Empleo y Seguridad Social alertando de las graves deficiencias en la atención a refugiados y migrantes
La Asociación Dianova España desmiente la versión de los ex trabajadores y dice que "es falso que ningún inmigrante trabajara en el centro"
Madrid
Se tuvo que desplomar el techo de una de las habitaciones sobre unas literas para que la dirección de Dianova llevara a cabo obras de rehabilitación de sus instalaciones. Los trabajadores habían advertido ya a sus superiores de la "inestabilidad de los techos de algunas habitaciones, y tuvo que ocurrir un accidente de desplome para que se arreglaran estos desperfectos". Así se describe en el detallado informe que estos empleados y ex empleados de Dianova presentaron formalmente el 12 de julio de 2016 ante el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, al que ha tenido acceso la Cadena SER, y en el que alertaban de las numerosas irregularidades de las que estaban siendo testigos.
Lo que describen a continuación es aún más sorprendente: "La asociación Dianova España ha usado a los beneficiarios del CAH (el programa de ayuda humanitaria a inmigrantes recién llegados a España) como mano de obra para las mejoras, sin formación previa, sin medidas de seguridad y sin seguro de accidentes", en lo que según estos trabajadores era una maniobra para seguir ahorrándose dinero por parte de la gerencia, "quizás a ellos les venía bien estar entretenidos pero ese dinero se lo ahorraba Dianova que ni siquiera les hacía un seguro", explica a la SER una de las trabajadoras despedidas por protestar por las condiciones del centro.
"Había obreros contratados pero los inmigrantes eran los peones de carga, o pintores de las habitaciones, ponían ladrillos etc algunos de ellos lo hacían para entretenerse, pero no se cumplía con la legislación. En definitiva se estaban ahorrando dinero, no contrataban a los obreros que necesitaban porque ya tenían a 80 subsaharianos que lo hicieran, la mayoría de los chavales, con tal de estar entretenidos, colaboraban. Para pintar todo el centro sólo había una persona de mantenimiento, si lo pintaban los chavales se ahorraban el contratar pintores", detalla la ex empleada del centro de Dianova en Ambite.
Sin embargo fuentes de la Asociación Dianova España aseguran a la Cadena SER que "el escrito de los trabajadores es falso, ningún inmigrante trabajó nunca dentro del centro de Ambite, y prácticamente todo lo que dicen en ese documento es falso" afirman fuentes de la organización .
<p>Consulta el documento de los empleados y extrabajadores de Dianova enviado al Ministerio de Empleo</p>
El edificio destinado a los beneficiarios del programa de ayuda humanitaria necesitó cuatro obras de mejora que fueron llevadas a cabo por los propios internos. Unas instalaciones donde "sólo había 3 duchas para 120 personas", según se detalla en el informe en el que los trabajadores describen "las malas condiciones laborales, escasez de personal, recursos y herramientas a los que hemos tenido que limitarnos", señalan.
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El pormenorizado informe de 21 páginas en el que se incluyen imágenes de las condiciones del centro está en poder del Ministerio desde el 12 de julio del año pasado como queda demostrado en el registro de entrada del propio departamento del gobierno. A raíz del informe, aunque en el Ministerio ya conocían desde antes la situación de manera verbal por los testimonios de los trabajadores, varios funcionarios hicieron distintas visitas a las instalaciones de Dianova para investigar las denuncias. Sin embargo, según los trabajadores, esos funcionarios solían quedarse sólo con la versión de la dirección de Dianova que acusaba a sus empleados de falta de profesionalidad.
El Gobierno no tomó medidas hasta medio año después de conocer el informe
No fue hasta seis meses después de la presentación del informe cuando el Ministerio de Empleo y Seguridad Social decidió poner fin a la subvención para este programa de atención humanitaria, que con unas 120 plazas, acogía a los inmigrantes que eran trasladados desde los CETI de Ceuta o Melilla o recién llegados en pateras a las costas de la península. Tal y como avanzó la SER, el Ministerio puso fin a esta subvención por "graves irregularidades".
Los trabajadores se habían cansado de comunicarlo verbalmente en decenas de ocasiones. Ni las instalaciones ni el método de trabajo de la dirección de Dianova proporcionaban una mínima calidad de atención ni a los "benficiarios" del programa de acogida a refugiados ni a los inmigrantes del programa de acogida humanitaria. De hecho, se quejan de que "los trabajadores prestamos servicio indiscriminadamente en ambos programas a la vez".
Desde la primera página del informe, los empleados y ex empleados de Dianova que elaboraron el escrito describen "diferentes disfuncionalidades en todos los ámbitos de funcionamiento de los cuatro programas gestionados hasta ese momento: el Programa de Ayuda Humanitaria, el de Protección Internacional (el de los refugiados) y de los otros dos subvencionados por la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid.
Describen "conflictividad y tensiones derivados de emplear un mismo centro para cuatro programas totalmente diferenciados… que impiden una adecuada integración". Que "muy habitualmente" se generaban "conflictos derivados del choque producido por las necesidades específicas de cada proyecto, evidenciando la no conveniencia de que los proyectos compartan la misma ubicación", detallan en el escrito los trabajadores:
"Comparten espacios comunes como el comedor, los patios, el gimnasio, lavanderías, etc." generando múltiples episodios diarios de desavenencias. Pero poco después alertan al Ministerio de otra maniobra de Dianova, "hemos presenciado como desde la dirección se solicita ante las visitas de la Agencia Anti Droga o el Ministerio y otras entidades, cómo se pide a los trabajadores que mantengan "poco visibles" a los beneficiarios de los diferentes programas que no son objeto de la visita. Otros trabajadores detallan que "en realidad cuando venía el Ministerio de Empleo y Seguridad Social nos pedían que nos lleváramos a las personas con adicciones a jugar al baloncesto al pueblo y cuando venían los de la Agencia Antidroga que nos lleváramos a los subsaharianos y a los refugiados para que no los vieran", precisa.
Fuentes del Ministerio de Empleo y Seguridad Social aseguran a la SER que sus técnicos han insistido a Dianova en que separe a los peticionarios de protección internacional de las personas con adicciones. Desde el Ministerio trasladan un gran malestar por la situación y "por el engaño", porque dicen que pidieron en reiteradas ocasiones que los separaran, que les aseguraron que en diciembre ya no estaban juntos y sin embargo según estas fuentes la situación continúa.
"No había camas , calefacción o agua caliente cuando llegaron los refugiados"
Sobre el Programa de Protección Internacional que subvenciona a Dianova el Ministerio de Empleo y Seguridad Social desde enero de 2016, los trabajadores describen un panorama desolador en su arranque: "cuando llegaron los primeros beneficiarios no estaban habilitadas las habitaciones, montadas las camas, no había material ni mobiliario adecuado para que pudieran alojarse correctamente , situación más acuciante en el caso de familias con menores y bebés", expone el informe.
Falta de personal y un jardinero como traductor
Describen que en enero de 2016 sólo había un Integradora Social y una Trabajadora Social para todos los refugiados, que "la atención directa y primera acogida a los beneficiarios no fue la deseada por parte de los trabajadores" o que se "oculta información a los usuarios produciendo situaciones de malestar".
Otro detalle llamativo es que no disponían de traductores, según describe un trabajador a la Cadena SER, "nunca hubo traductor contratado, ejercía de intérprete de árabe un jardinero magrebí que se ocupaba de las zonas verdes de la instalación", afirma.
Debido a la falta de personal, sólo 7 trabajadores para 70 beneficiarios, los profesionales aseguran que "han sido numerosas las ocasiones en las que los beneficiarios se han encontrado solos en el centro, sin ninguna figura de referencia debido a la escasez de personal", apuntan.
El 7 de julio, por ejemplo, sólo quedaban 3 trabajadores en activo. "El resto de profesionales o se han desvinculado o han sido despedidos o han sido sancionados con la consecuente paralización del trabajo", aseguran en el informe.
"Que no den problemas, evitar publicaciones en la prensa"
Los profesionales que trabajaban en Ambite aseguran que la dirección de Dianova les instaba a premiar y tener contentos a los beneficiarios que se quejaran de la calidad de la atención "para evitar movilizaciones y actuando bajo coacciones y amenazas relacionadas con acudir a la prensa o al ministerio".
"Desde dirección recibimos las indicaciones claras de deber agradar y complacer las peticiones de este grupo de beneficiarios" con el objetivo de "que no den problemas, evitar publicaciones en prensa que perjudiquen el nombre de la asociación o que entorpezca la firma del convenio", algo que efectivamente consiguieron porque el Ministerio de Empleo les renovó la subvención para el programa de refugiados hasta septiembre de 2017. Veremos si estos nuevos detalles hacen cambiar de opinión a Fátima Báñez cuyo departamento conocía con todo lujo de detalles este informe desde inicios del verano pasado y sin embargo sigue manteniendo una de las subvenciones a Dianova.