Rivera intenta acallar las discrepancias internas matizando las sanciones a los críticos
Madrid
El camino hasta la Asamblea General de Ciudadanos, que se celebrará el próximo mes de febrero, está siendo más complicado de lo esperado para Albert Rivera. Tanto, que la Ejecutiva del partido ha tenido que hacer su primera cesión a los sectores críticos que tratan de condicionar la redacción de los nuevos documentos programáticos. La dirección se ha visto obligada a rectificar el primer borrador de estatutos en el que se calificaba como infracción muy grave, pudiendo provocar la expulsión, la creación de corrientes de opinión que fuesen contrarias a los intereses del partido.
La propuesta, que levantó bastante revuelo entre las bases, fue considerada por parte de los miembros más críticos del partido como un intento de laminar la contestación interna. Ahora, a pocas semanas de la celebración del congreso, y para intentar que la cita no se vea marcada por las discrepancias y la división, la cúpula ha decidido enmendar su propio texto introduciendo un pequeño matiz. En el documento que llegará al cónclave se cambiará el redactado censurando a los "grupos organizados" y no a las "corrientes de opinión", como se recogía en el original.
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El cambio se produce a pesar de que el propio presidente de la formación defendió la necesidad de que los estatutos incluyeran esa medida. Albert Rivera aseguró que con esa primera propuesta se protegía a los militantes y se impedía distorsionar su voluntad, negando que su intención fuera imponer un discurso y un pensamiento único. "En nuestro partido existen 30.000 corrientes de opinión porque cada militante puede presentarse a presidente", aseguró el líder de Ciudadanos que llego a proclamar que "no hay partido más democrático en Europa y en España" que el que dirige él mismo.
A pesar de estos guiños de última hora, el régimen disciplinario propuesto por la cúpula del partido sigue considerando como falta muy grave la manifestación pública de opiniones que menoscaben los intereses del partido.
A la polémica creada por la propuesta de estatutos se suman las críticas que ha generado el cambio en el ideario, del que Rivera pretende eliminar las referencias al socialismo democrático para pasar a identificarse abiertamente como una fuerza liberal. Esta modificación de los valores originales de la formación propuesta por Rivera estuvo a punto de ser rechazada por el Consejo General, máximo órgano entre congresos. A pesar de que la cúpula consiguió sacar adelante su propuesta, desde la plataforma TranC'sparencia, que representa a un grupo de militantes y afiliados críticos, ya han anunciado que intentarán paralizar los cambios presentado una enmienda a la totalidad para mantener los estatutos y el ideario vigente.
Esta semana termina el plazo para que las distintas agrupaciones locales remitan sus enmiendas a las respectivas ponencias aprobadas por el Consejo General. En los próximos días se deberían hacer públicas también las candidaturas y los respectivos equipos de cada aspirante. Por el momento solo el actual líder, Albert Rivera, ha anunciado su intención de optar a la reelección.