Mariano Rajoy y Albert Rivera hablan para recomponer relaciones

Madrid

Mariano Rajoy y Albert Rivera han hablado en los últimos días. Entre ellos se ha abierto una vía de diálogo para tratar de recomponer relaciones. Estas estaban muy deterioradas después de que Ciudadanos se aliara con PSOE y Podemos para pedir una comisión de investigación sobre la supuesta caja b del PP y tras la abstención de la formación naranja al decreto de la estiba.

Así que, según fuentes de la Moncloa, nada mejor que "una conversación para solventar dificultades". El presidente del Gobierno reconoce que con los Presupuestos en el horizonte, necesita "hacer amigos". De hecho, eso fue lo que le dijo el pasado martes al PNV en el Senado, tratando de evitar así una confrontación por las consultas locales y los toros en San Sebastián.

No quiere enfrentamientos. Esa es la filosofía. Su equipo asegura que tratará de evitar la inestabilidad política. Aunque los que rodean a Rajoy temen que todo estalle por los aires con Cataluña y las primarias del PSOE. Por eso se está intentando sumar apoyos cuanto antes. El último, el de Nueva Canarias. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya ha empezado a negociar con su diputado, Pedro Quevedo. Su respaldo, -si se cierra también con los nacionalistas vascos y con Coalición Canaria-, es decisivo para lograr la aprobación de las cuentas generales del Estado por mayoría absoluta sin la implicación del PSOE.

Pero en esa búsqueda de alianzas no puede faltar la de "su socio prioritario". Y, al menos, Rivera en el tema de los Presupuestos ya ha dejado tranquilo al jefe del Ejecutivo. Le ha asegurado que su partido no tiene intención de bloquearlos. A cambio Rajoy le ha prometido las inversiones que él tanto reclamaba para el Corredor Mediterráneo.

Ambos líderes se centraron en el acuerdo nacional y en esas 150 medidas que se plasmaron en el documento para facilitar la investidura de Rajoy. Los que conocen bien los detalles de la charla aseguran a la Cadena SER que no se tocó la situación que se vive en Murcia. Algo que puede resultar extraño sobre todo cuando Ciudadanos ha fijado el 27 de marzo como límite para que los populares aparten a Pedro Antonio Sánchez de su cargo por estar en el punto de mira judicial por el caso Auditorio.

Por lo visto se han querido dejar los escollos fuera. No se debe olvidar que cuando PP y Ciudadanos rubricaron el pacto anticorrupción, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, habló del "principio de un gran amor". Ahora, como señalan algunos diputados, la idea que se persigue es que, con esta reconciliación, "la pareja, a pesar de todos sus altibajos, no se rompa".