De la Francia bolivariana a la mili obligatoria, propuestas más chocantes
Los candidatos a las elecciones presidenciales francesas apuestan por medidas extravagantes en la recta final de la campaña
París
Los candidatos a las presidenciales francesas proponen en sus programas algunas medidas extravagantes, que van desde la adhesión de Francia al Tratado Alba bolivariano, a la penalización de los trabajadores extranjeros, pasando por la mili obligatoria.
Jean-Luc Mélenchon, al que algunas encuestas ascienden a tercera posición en la primera vuelta de las presidenciales, propone la adhesión de Francia al tratado Alba, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América en la que están Venezuela, Cuba, Nicaragua, Honduras y Ecuador, entre otros países.
El aspirante de la Francia insumisa trató de quitar hierro al asunto con humor. Con el diario conservador Le Figaro en la mano leyó el titular durante uno de sus mítines: "Mélenchon, el delirante proyecto del Chavez francés. (risas) Creo que les falta imaginación ya me llamaron en 2012 el pequeño Chávez francés".
Como el revuelo seguía en las redes y sus rivales lo utilizaron para resaltar sus ideas comunistas, el extrotskista dijo que no estaba en su programa, que los periodistas "lo habían inventado". Pero resulta que está escrito negro sobre blanco en la página 98 de El futuro en común (L´Avenir en comun), un librito que el propio Mélenchon regaló a esta corresponsal hace pocas semanas. Allí se menciona con claridad la idea de "instaurar una política de codesarrollo con América Latina y el Caribe con la adhesión al Alba".
Al otro extremo del arco político, la ultraderechista Marine Le Pen afirma, entre sus medidas más chocantes, que creará una tasa para penalizar a todo empresario que emplee a un extranjero, también a los europeos. (punto 34 entre los 144 que pondrá en marcha si es elegida Presidenta de Francia). Aunque de la presidenta del Frente Nacional se podrían enumerar más de una decena de iniciativas sorprendentes (retirar la Sanidad y las ayudas sociales los extranjeros, salir de la UE y del euro...)
Pero para impactar no solo están los extremos. El candidato conservador, François Fillon, pide el mismo coste social para los trabajadores desplazados (una directiva europea que quieren abolir Melénchon y Le Pen) y en su programa propone crear un "fondo europeo" para mutualizar la seguridad social de los que se desplacen.
Últimamente, sin embargo, para destacar más, se ha adherido a la llamada cláusula Molière (en referencia al gran autor del teatro francés del siglo XVII) impuesta por alcaldes de su partido Los Republicanos y de la extrema derecha. Consiste en obligar a los obreros de las obras públicas a hablar francés para evitar que entren trabajadores de otros países (en Francia trabajan bajo este estatuto unos 300.000 personas, sobre todo de los países del este, pero también españoles).
¿Qué pensarían Fillon y otros políticos si a los ingenieros franceses que trabajan en la construcción de centrales nucleares en Finlandia se les obligara a hablar finlandés? Porque como ha denunciado el Ministerio de Economía y los candidatos Emmanuel Macron o el socialista Benoît Hamon, se trata de una iniciativa "racista e hipócrita" y que dañaría al Hexágono. Porque hay más de 250.000 franceses que trabajan fuera de las fronteras del país.
Tampoco escapa a las propuestas sorprendentes el centrista Macron. Para facilitar la integración, la mezcla social, ha ofrecido instaurar una mili obligatoria, para todos los jóvenes (chicos y chicas), pero sólo de un mes de duración. Según el aspirante de En Marcha, costará entre 1.500 y 3.000 millones anuales, pero los expertos multiplican por cinco.
Veinte años después de haberse abolido la mili obligatoria, se pondría de nuevo en vigor y por doce meses, si el vencedor de las elecciones fuera Mélenchon.