"La Organización de Estados Americanos ha sido demasiado beligerante con Venezuela"

Siempre ha apostado por una salida negociada a la situación por la que pasa Venezuela y reconoce una "preocupación generalizada por el deterioro que experimenta la política venezolana, por la violencia que se ha desatado en las calles y por los muertos que desafortunadamente suman todos los días". En un encuentro con periodistas organizado por la Casa de América, Luis Guillermo Solís admite que la agenda marcada por el Secretario General de la OEA "ha limitado el espacio que puede ocupar una organización que tradicionalmente ha jugado un papel importante en la construcción de otros acuerdos que son complicados en el ámbito multilateral".

Luis Almagro, al frente de ese organismo desde 2015, ha denunciado entre otras cosas un "autogolpe" en Venezuela por la toma del poder legislativo que según él ha llevado a cabo el ejecutivo de Nicolás Maduro. Esa "actitud de muy marcada beligerancia" es sólo un factor más en el escenario de la crisis pero no el único según la visión del presidente costaricense, que en todo caso evita desautorizar la agenda del secretario general aunque recuerda la importancia de "garantizar la serenidad en este tipo de procesos".

"El escenario de conflicto militar, interno o externo, que es algo que no creo que ocurra, sólo traerá más males al pueblo venezolano que bastante está sufriendo ya", recuerda Solís. "La alternativa sólo puede ser la negociación porque la violencia sólo traerá más violencia", añade el mandatario al tiempo que reconoce que las condiciones para abrir ese espacio de diálogo que están buscando un grupo de expresidentes entre los que se encuentra Rodríguez Zapatero aún no se han dado.

La división que afecta a otros organismos latinoamericanos como la CELAC, donde "la falta de consensos sólidos para garantizar una acción unívoca, ya que un importante número de países aún apoyan al gobierno venezolano", es otro de los factores que dificulta una solución a la crisis. Costa Rica, concluye, insiste en la necesidad de que "termine la presión política sobre la oposición, se respeten los derechos humanos, se recupere un calendario electoral y se garantice la separación de poderes".