DES2017, lo último en transformación digital
Blockchain e inteligencia artificial, protagonistas de la feria Digital Business World Congress que celebra su segunda edición en Madrid.
Madrid
"Tratamos que el DES tenga una visión holística del mundo de la empresa" explica Albert Planas, director del Digital Business World Congress que este año celebra su segunda edición con 18 mil visitantes profesionales, 300 expositores (100 más que el año pasado) y 450 speakers. "Nos obsesiona la transferencia de conocimiento" asegura Planas, de ahí que haya 10 auditorios en paralelo con conferencias continuas durante los tres días en los que se celebra el congreso.
La feria está estructurada en torno a doce industrias distintas y cómo las diferentes tecnologías están impactando en ellas, desde el turismo hasta el retail. Pero, sin duda, las que más están irrumpiendo son la inteligencia artificial y el blockchain. Para hablar de esta revolución en el mundo de Internet el DES ha contado con la participación de uno de los gurús internacionales, Alex Tapscott. En su intervención, Tapscott subrayó la importancia de que las empresas implanten ya esta tecnología. "Blockchain es la cuarta revolución industrial e impactará en todos los negocios del mundo, cambiando la naturaleza de las organizaciones. Es importante tener visión a largo plazo de cómo esta tecnología va a cambiar los negocios".
En DES2017 también se ha abordado la ciberseguridad y las amenazas a las que se enfrenta el nuevo mundo digital: la importancia del factor humano, los nuevos desafíos legales y cómo mantener la seguridad cuando la interconexión de dispositivos crece. No se trata de poner barreras, explica Emmanuele Roeseler, Security Systems Leader para España, Israel, Grecia y Portugal de IBM. Aquí lo importante es "acortar los tiempos de respuesta". Según Roeseler "aplicar la inteligencia artificial nos va a permitir dar un salto cualitativo porque vamos a poder reaccionar en tiempo real". La dificultad no está en que esperemos más ciberataques sino que serán distintos, posiblemente con origen en Internet of thinks. Y los nuevos dispositivos que se están fabricando, asegura Roeseler, no están pensados para protegerse de esos ataques.