Internacional

El Real Instituto Elcano afirma que el mundo se está des-globalizando

Los expertos afirman que los países han perdido cerca del 1 % del Índice Elcano de Presencia Global debido a la caída en los precios internacionales de materias primarias y energéticas

Emilio Lamo Espinosa, Presidente del Real Instituto Elcano / GETTY IMAGES

Madrid

La globalización es el tema que más se ha discutido entre los antisistema que, en los últimos dos años, han demostrado su irritación hacía ese proceso económico por medio del referéndum del Reino Unido y la elección de Donald Trump en Estados Unidos. Los antisistema ven en la globalización un monstruo que busca empeorar sus vidas por medio del comercio internacional, la inmigración y el reemplazo de trabajos por tecnología. Ante un mundo cada vez más sospechoso de la globalización, este jueves, investigadores del Real Instituto Elcano se sentaron a explicar el informe anual que vienen publicando desde el 2013. El informe recoge los principales resultados del Índice Elcano de Presencia Global, una herramienta concebida para el análisis de las relaciones internacionales y de los perfiles de presencia exterior de los países para los que se calcula. Los expertos concluyeron que el espacio de política exterior (el valor agregado de la presencia global de 100 países que el Índice Elcano recolecta) ha disminuido por primera vez y por ende ha comenzado la desglobalización.

Los expertos concluyeron que la caída en el índice se debe a una fuerte contracción de la dimensión económica y más específicamente, la energía y bienes primarios que han sufrido una pérdida del 2,6 % en un solo año. “Es muy revelador el momento de la coyuntura en la que nos encontramos” asegura la investigadora Iliana Olivié. A medida que han ido cayendo los precios de las materias primarias en la presencia global, “se ha disminuido el porcentaje de globalización y esto es lo que también explica, en buena medida, ese comportamiento de los países emergentes” afirma la investigadora. La experta señala que la caída en los precios internacionales de materias primarias y energéticas han afectado a países como Nigeria, Rusia, Arabia Saudí así como países desarrollados como Australia, Canadá y los Países Bajos (que actúan como un núcleo de comercio internacional).

La otra dimensión que afecta la globalización ha sido el aumento de presencia de países emergentes en la política exterior. Olivié ha dicho que los procesos de reformas y apertura en los años 80 consiguieron aumentar la participación de países emergentes en la política exterior, ocupando así un espacio cada vez mayor en el índice de presencia global. “A medida que van aumentado la proyección exterior de distintos países, los  que se van incorporando al fenómeno realmente van ocupando cuotas cada vez mayores” añade la experta. Olivié se refiere a la densidad en el participación global que ha llegado, en cierta forma, a dejar por fuera otros países que tradicionalmente ocupaban una presencia mayor en la política exterior.

España en este sentido también se ha visto afectada por la desglobalización. Manuel García, investigador del Real Instituto Elcano, habló de cómo se detecta tendencias previas de pérdidas en la presencia global de España a pesar del incremento en algunas variables como, por ejemplo, “las manufacturas fruto de esa reorientación exportadora”. Aun así, el experto ha dicho que España ha perdido presencia económica “fruto de reducciones de inversiones en el exterior”. Y si se toma en consideración el periodo entre los años 2010 y 2016 “vemos dos cosas, la primera es la perdida de presencia militar fruto del desguace del Príncipe de Asturias (portaviones siendo lo que más puntúa dentro del equipamiento).” Y por otro lado, cierta transformación dentro de la dimensión blanda. Es decir, dentro la presencia blanda están las migraciones, el turismo, deportes, cultura, información, tecnología, ciencia, educación y cooperación. En 2010, en España, por ejemplo, era “fundamentalmente cooperación hacia el desarrollo y también migraciones”. En este sentido, afirma García, “son migraciones recibidas y a lo largo de la crisis caen estas variables de migraciones y cooperación y surge otra vez turismo y cultura como los pilares tradicionales de proyección exterior española”.

El monstruo de la globalización que han ido creando los antisistema ha sufrido su primera derrota. Por lo menos, la batalla del año 2017, está por ver si eso tiene resultados positivos. Pero no hay que olvidar que la globalización comenzó en el Occidente y ha sido un sistema que nos ha conectado, cultural, comercial, histórica y económicamente durante siglos. Un sistema que ha beneficiado a gente de todas las clases sociales. Ante la incertidumbre económica y la lucha por encontrar soluciones como el desempleo, la pobreza y el calentamiento global, es posible que estemos quemando puentes cuando deberíamos estar construyéndolos. De lo contrario, tendremos que vivir en un mundo cada vez menos globalizado y más desconectado.

 
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