Aprender de los errores

Madrid

Manuel Moix fue nombrado, según reconoció el Fiscal General del Estado, Jose Manuel Maza para poner “orden” en una Fiscalía indómita, pero con él llego el caos en lugar del sosiego. Maza se equivocó. O no calculó bien. O ambas cosas, porque sabía desde el principio que su elegido aparecía en unas grabaciones junto al cabecilla de la 'operación Lezo', el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Gonzalez, en la que éste calificaba como "cojonudo" el próximo nombramiento de un fiscal afín al Partido Popular. Esa fue una losa que ni Moix ni Maza pudieron levantar.

Sin embargo, la afinidad o cercanía de este fiscal al Partido Popular demostrada a lo largo de sus actuaciones en la Comunidad de Madrid, no fue lo que determinó que decidiera presentar su dimisión.

Desde que llegó a la jefatura de la Fiscalía Anticorrupción, según reconocen algunos miembros de la carrera, los escándalos profesionales y mediáticos no han parado. No supo conseguir apoyos ni evitar las sospechas de ser demasiado autoritario y le faltó para todo mano izquierda y ganas de consensuar.

Moix no supo calcular las consecuencias de la orden que dio para frenar algunos registros de la 'operación Lezo'. Los fiscales se rebelaron y la votación del Consejo Fiscal, le dejo al descubierto: perdió por 24 votos en contra y 2 a favor.

Moix duró solo 87 días en el cargo porque fue acumulando polémicas en cada decisión que adoptaba. El intento de apartar del 'caso del 3%' a los fiscales que lo investigaban desde Madrid, para que fuesen fiscales catalanes le llevo a perder, de nuevo, la confianza de la carrera fiscal que rechazo el relevo.

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Pero el futuro del jefe de Anticorrupción quedó tocado de forma definitiva cuando Infolibre divulgo que posee el 25% de una sociedad offshore en Panamá para la gestión de un chalé familiar. El fiscal General no le dio importancia "porque no había nada ilegal" pero aceptó su dimisión para evitar males mayores. Los observadores fiscales, reconocen que si no hubiera surgido lo de la empresa panameña, Moix seguiría en su puesto.

Ahora, la Fiscalía busca un aspirante de consenso, con un perfil muy técnico, dialogante y que no arrastre ninguna 'mancha' vinculada con afinidades a un partido político ni acumule posesiones inconfesables.

Las asociaciones de fiscales han reivindicado la necesidad de poner al frente de Anticorrupción a una persona con experiencia en perseguir delitos contra la corrupción aunque no forme parte de esta Fiscalía especializada.

Candidatos

Tras la dimisión de Moix son siete los fiscales que aspiran a sustituirle, entre los que se encuentran la teniente fiscal Belén Suárez y la magistrda del Supremo María Ángeles Montes, Teresa Gálvez ( fiscal de Punica) el que fuera fiscal superior de Andalucía Jesús García Calderón, el actual jefe de Moix en el Supremo, Pedro Crespo, o actual miembro de la Secretaría General Técnica, Alejandro Luzón (conocido por ser el fiscal del caso de las 'tarjetas black' y 'caso Bankia').

Entre las novedades para sustituir a Moix está Pedro Crespo, miembro de la Unión Progresistas de Fiscales (UPF) y actualmente jefe de éste por ser el responsable de la Fiscalía de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. Tiene por ello categoría de fiscal de Sala y un gran prestigio en la carrera -no sólo entre el sector progresista-, por lo que para algunos es un candidato muy difícil de batir.