El negociador del 'brexit' exige a Londres que acepte por escrito el coste de salida
“No es un rescate ni una penalización pero hay que saldar las cuentas de la separación”, ha asegurado Michel Barnier
Sin acuerdo de separación, los aviones de Reino Unido no podrán usar el espacio aéreo de la Unión Europea
Bruselas
Se puede discutir la factura pero hay que aceptar el principio del pago. Éste ha sido el mensaje del negociador europeo para el brexit antes de la primera ronda negociadora. Sin este compromiso no habrá acuerdo futuro. “Este es el tema que deben plantearse porque es una cuestión de confianza”, ha dicho Michel Barnier ante los periodistas, donde ha negado que hablar de este dinero se pueda interpretar como un rescate. “No acepto que esto sea un rescate, ni un impuesto de salida. No es una multa, es el coste de los compromisos presupuestarios contraídos”.
Barnier ha afirmado que estaba dispuesto a negociar “cada línea del presupuesto” con la contraparte británica pero advertido que sin acuerdo básico sobre este tema será imposible cerrar con Reino Unido ningún acuerdo de cooperación futura. “¿Cómo quieren ustedes que construyamos una relación sobre el comercio o la seguridad de la defensa, una relación duradera y a largo plazo, con un país que no inspire confianza? ¿cómo puede ser eso?”, ha insistido Barnier.
Su discurso coincide con la posición del Europarlamento que este miércoles y en un debate previo ha advertido que, sin acuerdo, el Reino Unido no podrá entrar en el programa Erasmus ni ser miembro de EUROAROM (la Comunidad Europea de la Energía Atómica). Una amenaza más que sumar a la dejada este martes por expertos del sector aéreo y representantes de las compañías de aviación, convencidos de que sin acuerdo de separación, el Reino Unido saldrá del acuerdo europeo de Cielos Abiertos, lo que implica que sus aviones no podrán usar el espacio aéreo de la Unión. Un problema que, si se confirma, obligaría a suspender todo tipo de vuelos entre Londres y el continente europeo.
“Les dije hace ya algunos días que salir de la Unión Europea tenía consecuencias enormes y hoy estamos empezando a verlas”, ha dicho Michel Barnier tras confirmar que hasta el momento, el gobierno de Theresa May ha rechazado aceptar que la salida de la Unión tiene un coste económico que el Reino Unido debe pagar.
Un tema que centrará la primera ronda negociadora prevista para la semana que viene y que, antes de la pausa vacacional, tiene el objetivo de empezar a dibujar “los temas en los que estamos de acuerdo y los que no”. Un ejercicio básico que Barnier desea terminar en septiembre ya que sin esta evaluación puede ser muy difícil calcular si es posible empezar a hablar de la futura relación, como ofreció la UE a partir de este octubre.
Un proceso que hay que clarificar con cierta urgencia porque aunque el tratado prevé la posibilidad de prórrogas, el Europarlamento ha advertido por carta que no podrá aceptar ampliar plazos si esto implica que los británicos han de participar en las elecciones europeas del 2019. Un problema mayor que limita el calendario de la negociación y obliga a clarificar la situación lo antes posible.
Barnier recibirá este jueves a Jeremy Corbyn y a los primeros ministros de Escocia y Gales que han solicitado entrevista con el negociador europeo aunque oficialmente éste sólo puede negociar con los representantes del gobierno británico. Un principio que Barnier ha asegurado que cumplirá con rigor dando por hecho que sus reuniones de mañana no forman parte de la agenda oficial negociadora.