Antes de comenzar el primer entrenamiento del fin de semana para el Real Madrid en UCLA se escucharon unos aplausos. Danilo celebra su 25 cumpleaños y como es un jugador muy querido por todos, los compañeros quisieron dedicarle una ovación sobre el césped. Durante la sesión, abierta para los medios por orden de Zidane, se le vio con ganas de ponerse en forma. Siempre le cuesta un poco más que al resto volver a tope tras las vacaciones, pero las ganas de agradar suplen esas mínimas carencias físicas. Danilo es muy feliz en Madrid y su objetivo es seguir a la órdenes de Zizou, pero él sabe que el club valora seriamente su traspaso. La oferta de la Juventus era buena para la entidad, y sólo el fichaje de Douglas Costa que cerraba las puertas de Turín a otro extracomunitario y las pocas ganas que tenía Danilo de irse al calcio enfriaron el tema. Ahora es el Chelsea el que busca lateral y si ponen sobre la mesa 30 millones de euros lo normal es que se lo lleven. La Premier es la Premier. Y Danilo lo sabe. La única opción de seguir en el club de sus sueños es que Zidane vete su salida y le declare intransferible. Danilo es uno de los futbolistas más educados del grupo y siempre ha reconocido que le está costando adaptarse al nivel deportivo que exige el Madrid. Su calidad está fuera de duda, los grandes de Europa le quieren, y es la carga por el precio que pagó Florentino Pérez por el al Oporto la que le pesa coma una losa. Mientras se decide su futuro, él trata de ser feliz. Y si esta gira estaba sonriendo menos de la cuenta, el vestuario se ha encargado de sacarle su mejor cara. En el camino de vuelta al vestuario le hemos visto manchado con una sustancia parecida a la harina o los polvos de talco.