Gómez Noya, ante el mayor reto de su vida

Dos distancias distintas, dos reglamentaciones distintas, dos bicicletas distintas, seis días de diferencia y 7.000 kilómetros de distancia. Ese es a grandes rasgos el reto que afronta Javier Gómez Noya en las próximas dos semanas. El triatleta gallego ya se encuentra en Estados Unidos para preparar la primera de esas dos batallas, el Mundial de Ironman 70.3 que tiene lugar en Chattanooga el próximo 9 de septiembre.

En Tennessee se enfrentará a 1,8 kilómetros nadando, 90 en bicicleta y 21 corriendo. Gómez Noya ya fue campeón del mundo de esta disciplina hace tres años, lo que no tenía entonces era un calendario tan apretado como ocurre en esta ocasión. Apenas una semana después tendrá que estar en Róterdam para intentar ganar su sexto mundial de triatlón ITU.

El desafío es descomunal. En Chattanooga tendrá que luchar contra sí mismo en una carrera donde se utiliza bicicleta de triatlón y donde no se puede circular en grupos, hay que hacerlo en solitario. En Róterdam tendrá que luchar contra todo lo demás, contra rivales, contra pelotones y contra la calculadora, pues Mario Mola parte con ventaja en esa carrera.

Gómez Noya compite este fin de semana en Des Moines, en Iowa en algo a mitad de camino entre ambos eventos, un olímpico sin drafting, es decir, la distancia que hará en Róterdam pero con la reglamentación que tendrá en el 70.3 de Chattanooga. Imaginemos a Mo Farah preparando el Mundial de 5.000 y a la vez el medio maratón más prestigioso del mundo, algo así sería lo que está intentando el triatleta español.