Loranca de Tajuña: explosiones, amenazas y un pucherazo frustrado en Guadalajara
El exalcalde 'popular' de esta localidad alcarreña de 1.200 habitantes ha sido inhabilitado ocho años por haber intentado evitar que un rival político y antiguo compañero de bancada se empadronase y pudiese votar en las elecciones de 2015
Madrid
En la última década, el municipio de Loranca de Tajuña (Guadalajara, mil doscientos habitantes), ha sido testigo de vaivenes políticos y violentos que incluyen sicarios, pucherazos frustrados y amenazas pintadas en los carteles de bienvenida del pueblo. Un exalcalde ha sido inhabilitado, otro sufrió una explosión en su casa y el PP apoyó al PSOE para que no gobernase Ahora Loranca, la lista más votada en las últimas elecciones municipales.
El último episodio acaba de ser sentenciado por la Audiencia Provincial de Guadalajara: el exalcalde de la localidad, Miguel García Maroto, acaba de ser inhabilitado durante ocho años, seis meses y un día por impedir que uno de sus rivales políticos, el también exregidor José Florián González, se empadronase en el pueblo con su familia antes de las elecciones municipales de 2015 para presentarse por el Partido Popular y evitar así que pudiese votar.
Según explica la sentencia, que todavía es recurrible, González acudió al consistorio que él mismo dirigió entre 2007 y 2009 para empadronarse de nuevo en la localidad y presentarse a los comicios por la formación conservadora: fue García Maroto, su sucesor, quien de forma "caprichosa", según la Justicia, ordenó a los funcionarios que ni siquiera inscribiesen la petición y fue retrasando el trámite de forma deliberada para evitar que su rival pudiese contribuir a desbancarle del trono municipal.
Un juzgado de lo contencioso le dio la razón, pudo presentarse por el PP y también votar in extremis y, a pesar de ser la tercera fuerza del pueblo en mayo de 2015, invirtió sus dos concejales en apoyar al PSOE y evitar que Ahora Loranca de Tajuña, la fuerza más votada con 199 papeletas, gobernase en esta legislatura.
El plan, por tanto, no le salió bien al independiente García Maroto, que apenas sacó un concejal con la Agrupación Popular Loranca de Tajuña (APLT), pero por el camino se dejó un delito de prevaricación administrativa, inhabilitado durante ocho años y medio para ejercer cualquier cargo público local. Tanto la secretaria del consistorio como el personal administrativo del Ayuntamiento reconocieron en el juicio que no autorizó la inscripción y que "dejó pasar los días y no adoptó una decisión hasta un mes después", una vez cerrado el censo electoral, con "encono y ánimo de perjudicar" a su antiguo compañero de partido, una actitud "vinculada a propósitos injustificables, como la intencionada reducción del censo electoral a fin de excluir a un grupo de electores que no le eran favorables", dicen los jueces.
El entonces regidor cometió irregularidades, pero los jueces explican que no todo fue ilegal: encargó una investigación municipal y comprobó que González, ahora concejal por el PP, no vivía en la localidad, con él mismo reconociendo que "sólo iban los fines de semana y durante las vacaciones". Igualmente, afirmó que él y su familia también se empadronaron en Loranca de Tajuña unos meses antes de los comicios municipales de 2007 "para poder votar" y después habían causado baja en el padrón por cambio de residencia después de hacerse con la alcaldía. La ilegalidad no hubiera sido, explica la sentencia, negarle el empadronamiento, sino dejar morir la solicitud con el objetivo de evitar que se presentase a las elecciones.
Palizas y explosiones
A apenas cinco kilómetros de la frontera con Madrid, y a otros treinta de la ciudad de Guadalajara, este municipio situado a orillas del río Tajuña acumula un historial de conflictos políticos y violentos que abarca desde las amenazas a sus alcaldes hasta palizas, sicarios y cambios constantes de partido de sus líderes políticos.
José Florián González ejerce en la actualidad como concejal del Partido Popular, pero para cuando consiguió presentarse en las municipales de 2015 ya había sido alcalde durante dos años, entre 2007 y 2009, por el partido Alternativa Independiente de Loranca de Tajuña (AILT). Dimitió dos años después de ganar por mayoría absoluta tras haber sido víctima de una paliza en Madrid, y después de que dos sicarios incendiasen su casa con gasolina. La Audiencia Provincial de Guadalajara les terminó condenando a tres y dos años y medio de cárcel, respectivamente, sin conseguir descubrir quién les pagó para que incendiasen la casa del alcalde en dos ocasiones a finales de 2008 y comienzos de 2009.
Para entonces, la población de Loranca de Tajuña había experimentado una espectacular crecida, merced de las urbanizaciones del Olmillo y Montejaral, pasando por ejemplo de los 575 loranqueños de 2004 a los 1.016 de 2006, según el Instituto Nacional de Estadística. González renunció al bastón de mando en abril de 2009 y su compañero de partido, Miguel García Maroto, asumió la alcaldía. Poco después, él mismo empezaba a recibir amenazas, entre otras cosas en forma de pintadas por el pueblo con el nombre de Fago, pueblo de Huesca donde un vecino había asesinado al alcalde de un disparo de escopeta apenas dos años antes.
La convulsión violenta ha sido acompañada también por la variedad política: García Maroto gobernó en 2007 con Alternativa Independiente de Loranca de Tajuña, ganó en 2011 con mayoría absoluta con el PP y perdió la alcaldía en 2015 representando otra formación independiente distinta, la Agrupación Popular de Loranca de Tajuña. Por el camino, en 2012, la oposición tuvo que obligarle a quitarse el sueldo.
Por su parte José Florián González, a quien intentó impedir que se presentase en 2015, pasó de ser alcalde independiente en 2007 a ser concejal del Partido Popular una década más tarde, contribuyendo a desbancar a su antiguo compañero de bancada. Los dos concejales del PP apoyaron a los tres del PSOE, consiguiendo la mayoría absoluta por delante de Ahora Loranca de Tajuña.