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¿Qué le pasa al Castilla?

El Real Madrid apuesta por un modelo de cantera basado en la formación de jugadores muy jóvenes, lo que requiere paciencia y confianza

Solari, durante un partido del Real Madrid Castilla / REAL MADRID

Solari, durante un partido del Real Madrid Castilla

Madrid

El triunfo del Castilla en Vigo ante el Celta B permite a los blancos tomar aire tras varias semanas en una posición muy delicada. Los de Solari sumaban demasiadas jornadas sin ganar, con 10 puntos en 11 partidos, y la situación empezaba a ser preocupante. Con el descenso a Tercera División sobrevolando Valdebebas en noviembre emociona a ver los jugadores del filial dar la cara en la adversidad y conseguir ganar a un rival superior que les sacaba 14 puntos en la tabla.

La entidad que preside Florentino Pérez tomó la decisión de suprimir el Real Madrid C hace un par de temporadas. Eso significa asumir un riesgo deportivo muy bonito, pero riesgo al fin y al cabo, porque acorta los tiempos de adaptación de los juveniles. Ese equipo era un filtro necesario, servía de paso intermedio, y suponía el primer contacto con el profesionalismo para unos jugadores que llevaban la mayor parte de su carrera ganando casi sin competir en las categorías inferiores.

El salto del Juvenil A al Castilla es tan grande que frena la proyección de algunos futbolistas. El mejor ejemplo puede ser Dani Gómez, que anotó 32 goles la pasada temporada a las órdenes de Guti y ahora sufre en el filial como si fuera un mal delantero tras encadenar ocho jornadas consecutivas sin marcar hasta el tanto de A Madroa.

El problema radica en que a día de hoy ese puesto le viene grande porque le faltan horas de vuelo. Si comparamos su trayectoria con la de Mariano, el último gran '9' de La Fábrica traspasado, observamos que el hispano dominicano tuvo que sudar mucho durante cuatro años para ganarse un sitio en el once inicial del C primero, y del Castilla después.

Ahora no hay opción de completar esa formación que exige la alta competición, por lo que el vacío evidente sólo puede suplirse con paciencia. Si al club le gusta esta idea y los responsables de la cantera confían en ella (Solari ha repetido más de una vez en rueda de prensa que cree en el proyecto y que le parece "una idea muy bonita") entonces toca darle tiempo.

Cuando la política del Castilla pasa por tirar de juveniles y competir con chicos que no superen los 20 años aparece una merma competitiva a corto plazo evidente, pero ampliando el campo de visión descubrimos que la calidad potencial de los jugadores juveniles es enorme, y una vez superada esta costosa adaptación, muchos estarán listos para dar el gran salto a equipos de Primera División.

No es el primer club de LaLiga que vive una situación similar con su filial. El Barcelona, el Espanyol o el Atlético de Madrid perdieron la categoría con modelos muy similares al madridista, lo que trajo consigo arrepentimientos en público y en privado.

Los jugadores del Real Madrid Castilla celebran un gol

Los jugadores del Real Madrid Castilla celebran un gol / REAL MADRID

Los jugadores del Real Madrid Castilla celebran un gol

Los jugadores del Real Madrid Castilla celebran un gol / REAL MADRID

Dice Marcelo Bielsa que "los resultados debilitan las convicciones", y no le falta razón. Si el objetivo es sacar el mayor número de puntos posible hay que reforzar el Castilla ya con dos o tres jugadores que, aún superando la edad límite autoimpuesta, mejoren el nivel del grupo sin romper la idea creada. Pero esa no es la realidad. Cuando se apuesta por la formación de jóvenes los éxitos no deberían medirse por la posición en la tabla de Segunda B.

Un gran éxito es que Achraf juegue en el primer equipo del Real Madrid cuando hace solo un año jugaba en el Juvenil, o que muchos jugadores del Castilla 16/17 estén hoy en Primera División, como Mario Hermoso o Fede Valverde.Si uno ve al Castilla semana tras semana observa a un equipo trabajado, comprometido, ilusionado. Lo normal es que a medida que avance la temporada ganen experiencia y puedan transformar todo eso en resultados. El primer golpe les lleva a la lona y suelen encajar cuando menos lo merecen, como hace dos semanas ante el Adarve o en el último derbi ante el Atlético B sin ir más lejos.

Dejando los nervios a un lado, sin olvidar la exigencia que hace grande al club, Valdebebas es una fábrica inagotable de jugadores con el sello de una filosofía basada en la competitividad. Y esa competitividad se cocina a fuego lento. Próxima parada, Rápido de Bouzas.

 
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