La cansina amargura de Cristiano Ronaldo
Su sequía de cara a gol le está llevando a confundir ambición con egoísmo
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Cristiano golpea enfadado el césped con la mano / Denis Doyle (Getty Images)
Madrid
Sin hacer un partido redondo el Madrid se lamió las dolorosas heridas de las dos últimas derrotas ante un equipo que lo va a pasar muy mal para mantenerse en Primera División. Hasta el gol de Casemiro los de Zidane parecían angustiados, incapaces de meterle ritmo al partido y con futbolistas como Kross y, fundamentalmente, Benzema en un momento de forma más que preocupante.
Solo Isco y un entusiasta Vallejo daban la sensación de estar plenamente metidos en el partido y la afición empezaba a impacientarse. El golazo de Asensio en el arranque de la segunda terminó de allanar el camino y el equipo empezó a disfrutar. Bueno, todos menos Cristiano Ronaldo.
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Asensio / Denis Doyle
Su sequía de cara a gol le está llevando a confundir ambición con egoísmo. Por momentos tuvo la actuación del niño malcriado que se lleva el balón a casa y da por terminado el partido porque no se lo está pasando bien. No celebró el gol de Isco, recriminó los fallos de los compañeros y le faltó meterse al vestuario antes de que el árbitro pitara el final del choque. Una cosa es reconocerle una voracidad impagable para el grupo y otra aplaudirle las niñerías.
Cristiano necesita marcar para ser feliz y el Madrid un Ronaldo goleador para aspirar a todo, pero eso no significa que juegue partidos paralelos en los que sus goles parezcan más importantes que los puntos en juego. Por mucho que tus compañeros te conozcan y te lo aguanten casi todo conviene no tensar tanto la cuerda por si algún día termina rompiéndose.
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Cristiano / Mariscal