Purga contra once príncipes 'corruptos' en Arabia Saudí
Mohammed bin Nayef, príncipe heredero de Arabia Saudí hace apenas un año, ha visto como sus cuentas han sido congeladas acusado de corrupto por su sucesor
Madrid
¿Es una purga contra los corruptos de un régimen monárquico como el saudí o es una estrategia para quitarse de en medio enemigos políticos? Sin tener claro el trasfondo, lo que sí está meridianamente diáfano es que 11 príncipes, ministros e importantes empresarios saudíes están siendo arrestados y detenidos y aunque no se les envía a la cárcel sino a un hotel de lujo, allí están retenidos acusados de corrupción, se les confisca los aviones y las cuentas bancarias. ¿Y quién ordena todo esto? Pues el príncipe heredero desde el mes de junio, de 32 años, llamado Mohammed bin Salman, el que ha anunciado en apenas un mes que va a permitir que las mujeres conduzcan coches y que asistan a eventos deportivos, cuestiones que hasta ahora tenían prohibidas en Arabia Saudí.
La corrupción en este país, uno de los más ricos en términos de renta per cápita, pero con menores libertades para la mujer o respeto a los derechos humanos, esta descontrolada. Se funciona en el país arábigo a base de sobornos y pago de favores como modo de hacer negocios en la nación productora de petróleo situada en la lista de las más ricas del mundo. Alwaleed bin talal, uno de los príncipe ahora detenidos, y el hombre más ricos de todo Oriente Meido, tiene inversiones en Apple y Twitter y podría tener en el extranjero miles de millones de dólares. La cifra final que se baraja es de 800.000 millones entre todos.
El príncipe heredero ha nombrado incluso un fiscal dependiente del general Sheikh Saud al Mojeb, quien dijo hoy que miles de millones de dólares han sido malversados y corrompidos en las últimas décadas. Hay 199 personas detenidas para ser interrogadas y aunque no se ha facilitado la lista de los nombres detenidos, algunos han corrido como la pólvora, porque muchos de los que están en el Ritz Carlton de Arabia saudí, uno de los hoteles más lujosos del mundo, ahora reconvertido en prisión, tienen cuentas off shore y millones de dólares muy por encima de los sueldos ganados con sus puestos oficiales.
Según el príncipe heredero, esto no se puede permitir porque Arabia Saudí tiene una población joven que crece rápidamente y hay que invertir ese dinero en financiar proyectos que creen puestos de trabajo y no que sirvan para enriquecer aún más a los oligarcas.
Esta es una primera fase de todo el proceso y el joven príncipe se ha encontrado con una férrea oposición, pero cuenta con el apoyo de su padre, el rey Salman de 81 años que quiere enviar una señal de que la antigua forma de hacer negocios, ya no es aceptable en el mundo moderno en un país que necesita presentar otra cara al mundo, modernizándose y presentarse como un estado de éxito y respetuoso cara al futuro.
El ostracismo con el que operaba el sistema saudí, ha evitado conocer que parte de la riqueza petrolera de Arabia Saudí va para que príncipes y sus familias y hay miles de príncipes en aquél país. Si les cuento a tenor de esta información que el príncipe heredero, ahora destronado, compró hace dos años un yate a un empresario ruso por 580 millones de dólares e hizo el pago en efectivo (al menos eso dicen las hemerotecas).
La población saudí está anonadada, una parte impresionada y agradecida por la purga de ricos y famosos y esperanzada de que se reparta esa riqueza entre la población y otra parte asustada por si les toca a ellos.
¿Qué parte es sacar a la luz a los corruptos y que parte pertenece a la lucha por el poder? El caso es que Mohammed bin Salman, ha acumulado un gran control en todos los sectores políticos del país, es muy popular entre los jóvenes a pesar de haber sido él quien ha llevado a Arabia Saudí a una guerra en Yemen que no tiene visos de ganar, y de poner en práctica un boicot contra Qatar, su vecino territorial y con muchos, pero muchísimos enemigos que han visto alterada la línea habitual de hacer las cosas en aquel país. Y sobre todo el papel de los clérigos, de los que depende la familia reinante Al Saud, porque es quien los legitima con los lugares santos de La Meca y Medina, siendo el Rey quien ostenta el título de custodio de los dos lugares santos. ¿Reformista o sediento de poder? Se preguntan los especialistas
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...