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Sexualidad

La probabilidad de paro cardíaco repentino tras el acto sexo es baja

Una investigación muestra que, aunque la actividad sexual puede desencadenar eventos cardíacos no fatales como infarto de miocardio, no es un desencadenante potencial de eventos repentinos de paro en la población general

Cadena SER

Madrid

Un pequeño porcentaje de eventos repentinos de paro cardíaco (SCA, por sus siglas en inglés) están relacionados con la actividad sexual, pero las tasas de supervivencia en esos casos son también bajas, según una carta de investigación publicada en 'Journal of the American College of Cardiology' y presentada en las Sesiones Científicas 2017 de la Asociación Americana del Corazón, que se celebran en Anaheim, California, Estados Unidos. A pesar de que estos eventos de SCA relacionados con la actividad sexual fueron presenciados por un compañero, sólo les realizaron la reanimación cardiopulmonar (RCP) en un tercio de los casos.

El paro cardíaco súbito es cuando el corazón deja de latir repentinamente; lo cual ocurre normalmente sin advertencia. Si no se trata de inmediato, puede provocar la muerte súbita cardiaca, lo que resulta en alrededor de 350.000 muertes anuales en Estados Unidos. Se sabe que la actividad sexual puede desencadenar eventos cardíacos no fatales como infarto de miocardio, pero los investigadores de este estudio trataron de determinar si la actividad sexual es un desencadenante potencial de SCA en la población general.

Los investigadores analizaron la base de datos 'Oregon Sudden Unespected Death Study' (Oregon SUDS) entre 2002 y 2015 para descubrir la frecuencia con la que se produjeron SCA durante o una hora después de la actividad sexual en todas las personas mayores de 18 años. Todos los casos registrados de SCA se basaron en informes del servicio médico de urgencias que contienen información detallada sobre la causa del evento de paro cardíaco.

En total, los investigadores identificaron 4.557 SCA en Portland durante el periodo de estudio de 13 años. De estos, 34 (0,7%) de los SCA estaban vinculados a la actividad sexual. En promedio, estos pacientes eran más propensos a ser hombres, de mediana edad, afroamericanos y tenían antecedentes de patología cardiovascular, y la mayoría tomaba medicamentos cardiovasculares. Los pacientes que experimentaron un ACS relacionado con la actividad sexual también tuvieron una mayor tasa de fibrilación/taquicardia ventricular que aquellos que no lo sufrieron.

Solo un tercio de estos casos de SCA recibió reanimación cardiovascular por parte de quienes lo presenciaron. Los investigadores determinaron que la baja tasa de RCP de los testigos representaba menos del 20% de los pacientes que sobrevivieron al alta hospitalaria.

"A pesar de que el SCA durante la actividad sexual fue presenciado por un compañero, se realizó la RCP presencial en solo un tercio de los casos", lamenta el autor principal del estudio, Sumeet Chugh, director asociado del Instituto del Corazón Cedars-Sinai. "Estos hallazgos resaltan la importancia de continuar los esfuerzos para educar al público sobre la importancia de la RCP por parte de los testigos para tratar el SCA, independientemente de la circunstancia", añade.

Entre las limitaciones del estudio, los autores apuntan la información desconocida sobre la frecuencia de la actividad sexual, por lo que no se pudo determinar el riesgo relativo en comparación con el reposo y la actividad física. En general, los investigadores encontraron una carga relativamente baja de SCA en relación con la actividad sexual. La mayoría de los casos fueron hombres con antecedentes de enfermedad cardiovascular, además de que algunos casos de SCA tras la actividad sexual también pueden involucrar medicamentos, estimulantes y consumo de alcohol.

 
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