El creador de 'La Peste': "La serie vale su peso en oro"
Esta ficción histórica le ha costado a Movistar Plus 10 millones de euros
Madrid
La Peste ya está propagándose en televisión. A partir de hoy, los abonados a Movistar Plus podrán disfrutar de la temporada completa de una de las series más ambiciosas de 2018.
Protagonizada por Pablo Molinero y Paco León, esta superproducción de, atención, 10 millones de euros, aterriza en el catálogo de ficción de Movistar con el objetivo de conquistar a toda esa audiencia 'Made in Spain' antes de partir en busca de nuevos espectadores fuera de nuestras fronteras.
Se trata de un relato histórico y sociopolítico que muestra con crudeza la Sevilla del siglo XVI con una ambientación que dará mucho de qué hablar. De hecho, los responsables de la serie han recurrido a una estética oscura que pondrá las cosas difíciles al espectador a la hora de consumir la serie. ¿La recomendación del director Alberto Rodriguez? "Hay que verla con la luz baja y en un buen monitor".
En Cadena SER, Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, creadores de La Peste, además de hablarnos de esta apasionante historia, también nos justifican el alto presupuesto de esta producción y nos adelantan las claves de la segunda temporada, ya confirmada.
Sinopsis oficial de 'La peste'
En la segunda mitad el Siglo XVI, Sevilla era la metrópoli del mundo occidental. Puerta de acceso de América en Europa. Ciudad donde la riqueza florecía con facilidad gracias al comercio internacional, al oro, la plata; a la convivencia de nacionales y extranjeros: cristianos, judíos conversos, moriscos, esclavos, libertos, pícaros, ladrones, prostitutas, nobles y plebeyos. Pero también era una ciudad de sombras por la desigualdad, las hambrunas y epidemias.
En medio de un brote de peste, varios miembros destacados de la sociedad sevillana aparecen asesinados. Mateo, condenado por la Inquisición, debe resolver esta serie de crímenes diabólicos para lograr el perdón del Santo Oficio y así salvar su vida.
Una investigación a vida o muerte en un entorno de represión pública y hedonismo privado; de misticismo y caos; de conventos relajados y burdeles reglamentados; de cárceles como escondite; de hospitales como tumbas; de traiciones y lealtades.