El SPD alemán "entre la peste y el cólera"
Las bases del partido podrían rechazar reeditar la "gran coalición" con Merkel en un debate que se prevé de alto voltaje por las divisiones dentro del SPD
Berlín
Alemania mira este domingo hacia Bonn, donde se celebra el congreso extraordinario de los socialdemócratas, pues en su mano está decidir si abren negociaciones para formar gobierno con el bloque conservador liderado por Merkel. El debate se prevé de alto voltaje a tenor de la división del SPD entre partidarios y detractores de volver a gobernar otros cuatro años con la CDU de Merkel y sus socios bávaros, la CSU de Horst Seehofer, en la conocida como ‘Gran Coalición’.
El SPD debe decidir “entre la peste y el cólera”, según una clásica comparación germana. Entre gobernar con el bloque conservador, a riesgo de seguir desgastándose, o enfrentarse a unas elecciones en las que el electorado podría penalizarles aún más que en las elecciones generales del pasado septiembre, cuando con un 20,5% consiguieron su peor resultado histórico.
Las Juventudes Socialdemócratas (Jusos) llevan toda la semana haciendo campaña por el ‘no’. Consideran que el SPD sólo podrá regenerarse en la oposición porque con su participación en dos ‘grandes alianzas’ (2005-2009 y 2013-2017), el electorado les ha dado la espalda. Apuestan por un gobierno de Merkel en minoría, algo que la canciller rechaza tajantemente, y destacan que el preacuerdo con los conservadores no ha logrado incluir la mayoría de las propuestas socialdemócratas en materia fiscal, sanitaria o de política migratoria. “Hay una gran decepción sobre los contenidos”, repite como un mantra Kevin Kühnert, el líder de los Jusos, y cara visible del movimiento “transversal” que ha puesto en jaque al partido.
Mientras, el líder del SPD, Martin Schulz, se esfuerza por explicar un órdago cuyo fracaso supondría el fin de su carrera política. “Hemos definido un buen marco, dentro del cual queremos ir a negociaciones de coalición. Debemos ser muy claros, hay que seguir negociando duramente, porque los resultados exploratorios no son un contrato de coalición”. Las asociaciones estatales de Renania del Norte-Westfalia y Hesse ya le han reclamado "mejoras sustanciales" y presentarán una moción conjunta. La renana es la agrupación más poderosa, con 144 de los 600 delegados que acudirán al congreso especial del SPD. Le siguen Baja Sajonia (81), Baviera (78) y Hesse (72).
La cúpula del SPD se ha movilizado para evitar un rechazo a la Gran Coalición. E incluso se ha pedido a los sindicatos que apoyaran públicamente el preacuerdo de gobierno, cosa que se apresuró a hacer Reiner Hoffmann, el presidente de la Confederación de Sindicatos alemana, la poderosa DGB. El veterano sindicalista aseguró que el acuerdo muestra “claras ventajas para los trabajadores”, como “la estabilización del nivel de renta, y lo que es muy importante para los sindicatos la vuelta a la paridad entre empresas y trabajadores en el pago del seguro sanitario”.
Martin Schulz tiene muy claro lo que se juegan y ha enviado una carta a todos los delegados en la que les pide apoyar las negociaciones y les recuerda que la decisión que tomen hoy es “de enorme importancia para el futuro en Alemania, de toda Europa y para el SPD”.