Internacional

Los claroscuros de las relaciones entre España y Venezuela

Pasó por malos momentos durante la presidencia de Aznar, encalló con el ¿Por qué no te callas? Del rey a Hugo Chávez durante el mandato de Zapatero y caen por el precipicio con la llegada de Rajoy al poder

El embajador de España en Venezuela, Jesus Silva, abandona el ministerio de exteriores de Caracas despues de su reunión con el canciller, el noviembre del año pasado / Marco Bello Reuters

Madrid

Las relaciones entre España y Venezuela -tanto diplomáticas, políticas como sociales- están plagadas de desencuentros. Sin retrotraernos muy atrás en el tiempo, los incidentes más importantes que han ido enturbiando esas relaciones comenzaron con una puesta en escena durante la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Chile. Fue el propio rey Juan Carlos, quien harto de escuchar como Hugo Chávez descalificaba a Jose María Aznar -a quien llamó fascista y acusó de participar en el intento de golpe de Estado en Venezuela -le soltó el famosos: “¿Por qué no te callas?”

Aquella frase del rey fue un gran quebradero de cabeza para la diplomacia española. Meses después de este incidente, el rey -con una cara bien diferente- recibía en España a Hugo Chávez, a quien tuvo que invitar para provocar un desagravio de la situación y no perjudicar aún más las relaciones bilaterales.

Un año y medio después de aquel incidente tuvo lugar otro hecho significativo. La expulsión de Caracas de Luis Herrero. El periodista reconvertido en eurodiputado del Partido Popular, que se encontraba en Venezuela como observador internacional, fue expulsado por criticar públicamente la ampliación de horario del referéndum sobre la modificación de la Constitución, además de llamar dictador a Hugo Chávez.

Terrorismo y presos políticos

El asunto de ETA también ha sido una pelota de ping pong utilizada convenientemente. El Gobierno de Felipe González mandó etarras a Venezuela en la época oscura. Hace 7 años, los jueces españoles de la audiencia Nacional pidieron al gobierno de Caracas que cooperaran para extraditar a un etarra llamado Arturo Cubillas, a quien tenían contratado como jefe de seguridad en el Instituto Nacional de Tierras, un departamento dependiente del gobierno. Cubillas ya tenía la nacionalidad venezolana donde vive con otros 50 etarras, siendo el país que más refugio da a los terroristas vascos.

Luego llegamos a la época de Rajoy y de Nicolas Maduro y aquí comienza la cascada de insultos, amenazas, llamadas a consultas de los embajadores, notas de protesta, ausencias en actos institucionales y una larga ristra más en la que entran los llamados presos políticos. El más conocido en España por el activismo de su mujer es Leopoldo López. Mariano Rajoy recibió a Lilian Tintori, aunque lo hizo en la sede del partido en vez de en la de Gobierno. Este encuentro se saldó con una llamada a consultas al embajador. Más recientemente se escapó de Venezuela donde estaba en arresto domiciliario Antonio Ledezma, alcalde de Caracas y termina refugiado en España.

Entre medias, Nicolás Maduro usa su mensaje radiofónico de los fines de semana, que suele durar más de hora y media, para acusar a Aznar (su bestia negra particular) de la muerte de un millón de iraquíes calificándole de asesino, asesino sangriento, matarife y epítetos similares.

Felipe González a pesar de ser de su línea ideológica no se libra de su vara tras ofrecerse a asesorar al equipo de abogados de los disidentes encarcelados. El vicepresidente de Venezuela acusa a González de haber dirigido grupos paramilitares para asesinar a opositores políticos, en referencia al GAL y ETA.

Y el pico de las desavenencias se produce entre Maduro y Rajoy, cuando el primero acusa al segundo de estar detrás de todos los males que azotan a Venezuela. Si el Congreso español aprueba una ley que reprueba la represión del régimen de Maduro en Venezuela es culpa de Rajoy, si hay protestas en España por esa represión es culpa de Rajoy. A quien llama racista, basura corrupta, basura colonialista y una serie de adjetivos más que no es necesario añadir para entender que las llamadas a consultas a los embajadores que volvían a los pocos meses. Este jueves la tensión ha subido un escalón más con la expulsión del embajador española de Venezuela.

Victoria García

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En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...

 
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