"Has perdido el papel de tu vida": toda la verdad sobre 'Sin tetas no hay paraíso'
El creador, Miguel Sáez Carral, nos desvela las claves de 'Sin tetas no hay paraíso': de El Duque que lo cambió todo, a La Duquesa de la que nos privó Telecinco
Madrid
El 9 de enero de 2008, Telecinco estrenó una serie que hablaba de la desigualdad, la trata de blancas, el amor, el narcotráfico, la amistad y la ambición. Ese día, la cadena rompió moldes diciéndole a la audiencia que Sin tetas no hay paraíso.
- eN DATOS
"Todo el mundo tenía miedo de programar Sin tetas no hay paraíso", recuerda en Cadena SER Miguel Sáez Carral, responsable de guion de aquella ficción protagonizada por unos jovencísimos Amaia Salamanca y Miguel Ángel Silvestre. "Los días antes del estreno había ruidos de estómago en Telecinco".
Pero aquellos miedos se borraron de un plumazo cuando el primer capítulo, La edad de la adolescencia, congregó a casi 4 millones de espectadores. A partir de ese momento, Sin tetas no hay paraíso comenzó su meteórica carrera hacia el éxito. "Tres capítulos más tarde, éramos la serie del momento". Y, efectivamente, así fue.
La historia de amor entre Catalina y El Duque fue sumando adeptos a medida que pasaban las semanas, registrando cuotas en torno al 24%, con más de 4 millones de media en sus dos primeras temporadas. El récord de audiencia está en los más de 5 millones de espectadores (5.311.000 y 30,1%) que fueron testigos, al final de la segunda tanda de episodios, de la trágica muerte del Duque y la encarcelación de Cata. Todo un drama nacional.
Los datos certifican el éxito que supuso Sin tetas no hay paraíso para T5. Sin embargo, esta serie trascendió más allá de las audiencias y los intereses de la cadena; esta serie fue un auténtico fenómeno social. Pero, ¿cómo surgió todo?
Una adaptación que no le debe nada a la original
El origen de Sin tetas no hay paraíso es cosa del escritor colombiano Gustavo Bolívar. Viendo el potencial de la historia, Telecinco se atrevió a comprar los derechos de su novela, aunque en un principio no tenía muy claro qué hacer con ellos.
"Estuvieron meses sin saber qué hacer hasta que hablaron con Grundy Producciones y ellos me encargaron esta adaptación", explica Miguel Sáez. "Entonces me di cuenta que no se podía hacer así en España porque la novela hablaba de una realidad que no existía en nuestro país".
Y continúa: "La novela de Gustavo hablaba de unas chicas que vivían en la miseria y se prostituían con narcotraficantes para comprarse una nevera. Le expliqué a Telecinco que nadie se prostituía para comprar a su madre un microondas".
De ese proceso creativo surgió una historia de amor, unas chicas de barrio con aspiraciones y un narcotraficante que puso patas arriba España: El Duque. "En la versión colombiana no existía la figura de El Duque. Nos lo inventamos porque necesitábamos un romance para contar el choque de dos mundos", asegura el guionista. "El de Catalina, que era un mundo limpio, y el de El Duque, uno sin moral. Ahí teníamos el conflicto del que bebería nuestra Sin tetas no hay paraíso durante tres temporadas".
La mirada de El Duque
Sin tetas no hay paraíso debe su éxito a muchos factores, pero, sin duda, El Duque fue el 'alma mater' de la serie, y así lo justifica su creador. "Se produjo un caso muy raro en televisión, pero que se produce a veces: una simbiosis total entre el personaje y el actor. Este personaje era un narcotraficante, un asesino, una mala persona. Pero cuando conoce a Catalina, comprende que el amor puede ser su redención y ese mensaje caló en la gente".
Y añade: "Además, lo interpretó Miguel Ángel Silvestre, que lo hizo completamente suyo. Solo él tiene esa mirada fantástica, una mirada que tiene ternura, deseo y dolor".
Pero ojo, porque Miguel Ángel Silvestre no siempre fue la primera opción para el papel. "Miguel Ángel entró en la serie cuando ya se estaba grabando", asegura Miguel Sáez. "Cadena y productora eligieron a otro intérprete, pero Miguel Ángel compartía representante con otro actor de la serie que le dijo: 'Has perdido el papel de tu vida'. Entonces pidió hacer una prueba. En ese casting me lo encontré por el pasillo y estuvimos hablando de otras cosas, pero cuando se fue le dije a la productora ejecutiva: 'No lo pienses más, este tío es El Duque'. Y así fue".
¿Por qué tuvo que morir El Duque?
La muerte de El Duque conmocionó a todo el país. Tan solo un año después de conocer al narcotraficante, los responsables de Telecinco tomaron la decisión de acabar con él para cumplir con lo que se conoce como justicia divina: "El Duque no podía tener un final feliz. Tenía que morir y Telecinco era consciente de que era lo mejor para el personaje. Además, en aquel momento, Miguel Ángel Silvestre también se sentía presionado y le dimos al personaje el mejor final que podía haber tenido".
En Telecinco eran conscientes del riesgo que asumían, pero nunca se plantearon finiquitar la serie tras la muerte de El Duque. "La historia de Sin tetas siempre fue la de nuestras cuatro chicas: Catalina, Jessi, Vane y Cris. Su muerte alteró la narrativa, pero la historia seguía siendo la de ellas".
La cuarta temporada de 'Sin tetas no hay paraíso'
No fue la segunda, sino la tercera temporada la que puso fin a la frenética historia de Sin tetas no hay paraíso. Tras la salida de Miguel Ángel Silvestre, la ficción empezó a perder seguimiento y Telecinco optó por cerrar esta historia de narcos con otra muerte dramática, esta vez a cuenta de Catalina.
No obstante, la cadena sí llegó a plantearse una cuarta temporada. "Estuvimos a punto de hacerla", confiesa Miguel Sáez Carral. "La audiencia empezó a subir en los últimos capítulos de la tercera temporada, pero ya teníamos todo cerrado y era muy difícil darle continuidad a la serie. Pero te puedo asegurar que se planteó hacer una cuarta".
De acuerdo con esto, el responsable de guion revela la premisa de esta última temporada que nunca llegó a ver la luz: "Estaba previsto que Catalina muriera en la cuarta y no en la tercera entrega. De esta forma, Catalina hacia el viaje completo, convirtiéndose en una mujer de la mafia que rehacía el imperio de su marido. Su camino era convertirse en La Duquesa".