Salah Abdeslam ha comparecido por primera vez ante un juez. Sven Mary es el abogado con fama de duro que recupera el caso tras decidir Salah que finalmente no quería comparecer sin la ayuda de un experto en defensa ante este tribunal. Le juzgan tres jueces, en un sala cuya capacidad está limitada a 80 personas entre ellas, representantes de las víctimas de la sala Bataclan, atentado del que Abdeslam es el único superviviente. Salah Abdeslam no responderá a las preguntas de la jueza: «Negarme a responder no me convierte en culpable», ha dicho al tribunal. “Pero, ¿por qué ha venido?”, le ha preguntado la juez. Y él ha afirmado que ha solicitado estar presente porque le acusan aunque considera que los musulmanes están condenados de antemano: “No me dan miedo ustedes ni sus aliados«, ha dicho con voz clara y sin titubear tras explicar que cree en el Corán y en el Islam y que encomienda su defensa a Alá. »Los musulmanes reciben el peor trato posible, ha añadido antes de volver al mutismo total. Un silencio que le acompaña desde su detención. Pero este proceso no es aun el proceso por los atentados del 13 de noviembre del 2015 en París, sino sólo el juicio por el tiroteo en Forest, un barrio de Bruselas donde la policía no le esperaba, en un piso que creían vacío. Ayari, amigo de Salh y detenido como él en Molembeek en marzo del 2016, sí ha contestado a las preguntas, usando incluso la asistencia de un abogado pero, para exasperación de la jueza, no ha querido hablar o no recordaba detalles clave para esta causa como si disparó contra la policía desde el apartamento de Forest o si cogió el kalashnikov que se encontró tras su huida en el exterior. Tampoco sabe nada de quién decidía sobre los continuados cambios de escondite ni para qué salió de Sieia con destino a Bruselas. Ayari se ha limitado a confirmar que quería regresar a Siria para reincorporarse al Estado Islámico y ha rechazado pronunciarse sobre los atentados en suelo europeo, argumentando que éste sería un tema del que tendría ocasión de hablar en otro juicio. Doscientos policías preparan desde este fin de semana un cerco total al edificio del Tribunal, colocando barreras de seguridad y cortando la circulación en las calles que lo rodean para garantizar que ninguna sorpresa evitará un proceso al que han anunciado su presencia representantes de las víctimas del Bataclan y en el que quieren actuar como acusación particular los familiares de las víctimas de los atentados de Bruselas. Un proceso de cuatro días de duración prevista en los que Abdeslam será trasladado desde una cárcel de alta seguridad francesa porque las autoridades judiciales de Francia han aceptado que regrese a Bruselas para esta vista pero no que duerma en una prisión belga.