Las adopciones internacionales siguen bajando y son menos que las nacionales
En 2016 solo se registraron 567 y por primera vez desde hace 20 años se sitúan por debajo de las adopciones nacionales
Madrid
Las adopciones internacionales registran la cifra más baja desde que hay estadísticas. Han descendido un 90 % en la última década y la caída es tan fuerte que por primera vez están por debajo de las adopciones nacionales. En veinte años España ha adoptado a más de 54.000 menores en el extranjero. Solo 567 en 2016.
Es la primera vez desde 1997 que hay más adopciones nacionales 696 que internacionales 567, según los últimos datos publicados del ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad correspondientes a 2016. Un número muy alejado del pico de los más de cinco mil de hace una década cuando España era el primer país de Europa y el segundo del mundo, por detrás de EE. UU. Este desplome es una tendencia global. Las causas las explica Benedicto García, presidente de la Coordinadora de Asociaciones de Adopción y Acogimiento. "Cada vez, por suerte, hay menos menores con necesidades de ser adoptados y en situación de abandono en los países de origen. La crisis económica no ha sido un factor determinante. Sí lo han sido las políticas de protección a la infancia de esos países que han cambiado y mejorado mucho. Además, están priorizando las adopciones nacionales y poniendo requisitos más estrictos".
China, con condiciones muy restrictivas, ya no es el primer país de procedencia de los menores. Ha sido desbancado por Vietnam. Entre los cincos primeros figuran también Rusia, Filipinas y Colombia. Llama la atención, dentro de Europa, países de origen como Polonia, Hungría o Bulgaria. Recientemente se han cerrado por irregularidades las adopciones en Etiopía. El tiempo de espera para las familias se ha dilatado hasta los seis o incluso ocho años y el perfil de los niños ha cambiado: son mayores, grupos de hermanos y con alguna discapacidad o patología.
Dos décadas después empiezan a aflorar algunos problemas que no se previeron cuando se dio boom de este fenómeno social: problemas sanitarios, conflictos de adaptación, fracasos y el deseo de los que ahora ya son jóvenes de conocer sus orígenes.
Hay un 2 % de fracasos en la adopción, algunos estudios elevan incluso este porcentaje al 5 %. Casos en los que las administraciones tienen que asumir la tutela de los menores y los vuelve a incluir en el sistema de protección. Echando la vista atrás, Benedicto García señala que algunas familias no estaban suficientemente preparadas y formadas para la adopción. "O se está bien prepadado o la adopción es un fracaso" afirma. También se minimizaron las necesidades especiales con las que venían algunos niños y pone un ejemplo. " Hay cinco mil adopciones en Cataluña procedentes de Rusia y los países del Este y muchas de ellas con SAF, el síndrome de alcoholismo fetal. En su momento se llegó a decir que este problema era poca cosa, venial y se ha confirmado que es una enfermedad crónica con consecuencias muy importantes. Todo esto está apareciendo ahora y ni las familias ni las administraciones tienen recursos para gestionarlo".
Tampoco hay recursos, añade, para empezar a gestionar la inquietud y el impulso de muchos menores adoptados que ya han llegado a la mayoría de edad o son adultos y quieren conocer a sus familias biológicas y buscar sus orígenes, algo a lo que tienen pleno derecho. Así que, concluye Benedicto García "lo que nos preocupa no es el descenso de las adopciones internacionales porque en el fondo es una buena noticia, sino solucionar todos estos problemas que estamos viendo y trabajar con cautela en cómo se deben realizar las adopciones porque los errores pasan después factura".