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Melilla se echa a la calle para pedir un futuro

Empresarios, comerciantes y empleados reclaman a las autoridades locales soluciones a la caída de ventas en el comercio

Cientos de personas se han manifestado en el centro de Melilla en una protesta convocada por comerciantes y hosteleros de la ciudad autónoma, bajo el lema "Melilla se muere", para reclamar más fluidez en los pasos fronterizos con Marruecos. / FG Guerrero (EFE)

Melilla

Desde hace más de un año, los empresarios, comerciantes y empleados, vienen reclamando a las autoridades locales (Partido Popular) que busquen soluciones a la flagrante caída de ventas y del comercio en general en la Ciudad.

A modo de goteo, casi 70 empresas han cerrado en el último año, y otras tantas ya han anunciado que lo harán en breve si no se mejora la situación.

Unas 2.000 personas marcharon por la avenida principal de Melilla.

Unas 2.000 personas marcharon por la avenida principal de Melilla. / TOÑY RAMOS

Uno de los problemas radica en la poca agilidad y "mal funcionamiento de los pasos fronterizos entre España y Marruecos", comentan los comerciantes de ACOME. Largas colas para entrar o salir del país y "cada día una petición diferente; necesitas visado, necesitas pasaporte o si llevas bolsas no te lo permitimos". Todo ello tras al menos dos horas esperando o cinco, dependiendo del día.

Son las normas con las que cada día se encuentra el comerciante marroquí que viene a comprar o el simple turista del país vecino. El único turista que llega ya que debido a la carestía de los vuelos para un peninsular, es más barato ir a Nueva York que venir a Melilla desde Madrid. El práctico monopolio de la compañía aérea existente cobra una media de 600 euros al visitante por ida y vuelta.

El problema de la frontera o de la carestía de los billetes aéreos se suma a la situación del pago en cada mercancía de la parte correspondiente al transporte por traerla, el documento de aduana y el impuesto local "aforo" que llega hasta un 10% del valor de la mercancía.

TOÑY RAMOS

Por lo tanto, cualquier producto, aunque en Melilla no haya IVA, hay un impuesto local que se llama IPSI, tiene un coste de salida PVP, más caro que ese mismo producto en la Península.

Las compras on line, que cada vez aumentan más, sin ningún tipo de control, se suma a la lista de agravios.

Los gobernantes melillenses achacaban los cierres a las llegadas de las franquicias, que eran más llamativas para el cliente a la hora de comprar, más que un establecimiento local. Y dos días más tarde de la justificación de Imbroda, presidente de la Ciudad, de "hay un gran invento que hizo el gallego que contra eso no se puede luchar", vino "la bom" para el centro de Melilla. Dos días después, Zara, el grande de INDITEX que ocupa el edificio más céntrico de toda la Avenida, anunció el cierre de su establecimiento porque, según los encargados, "las cuentas no cuadran en una economía que cada año cae más y más". El cierre de Zara contagió aún más pánico en el empresario local.

Después, y a pesar de esta crisis galopante, al Gobierno local se le ocurrió dar todas "las facilidades y beneplácitos", según otra de las plataformas de comerciantes, "a la creación de un centro comercial". Y la excusa de una Navidad con calles fantasmagóricas y desiertas era la existencia de ese centro comercial cerca de la frontera. Un centro enfocado  "a 70.000 turistas que nos vendieron que iban a entrar por la frontera", dice un comerciante allí instalado. "Todo mentira", argumentan. Desde que se abrió a finales de noviembre, más de 70 despidos se han llevado a cabo.

El martes, la plataforma de comerciantes y las distintas asociaciones, sin el apoyo de la CEME ni de los sindicatos, salieron a la calle. Los comercios cerraron sus puertas y más de 2.000 personas, algo inédito en Melilla, se manifestaron por la Avenida principal hasta llegar a las puertas de la Delegación del Gobierno, donde se leyó un manifiesto para pedir agilidad en los pasos fronterizos, y otras soluciones para revitalizar a Melilla. Los convocantes hablan de que políticamente el problema está en que el Gobierno de Imbroda, con casi 17 años en el poder, "es un Gobierno sin ideas y ya agotado".

A esta situación de nubarrones, se suma el estudio del Colegio de Socólogos de Melilla en el que se resalta que más del 64% de la población que vive aquí quiere marcharse de Melilla y buscar futuro en la península.

Igual ocurre con los jóvenes. "Queremos marcharnos fuera a estudiar y no volver. Aquí no vemos futuro de trabajo", argumentan los que ahora están en la facultad del campus perteneciente a la Universidad de Granada". Otros hablan de que tal vez haya acuerdos internacionales entre Marruecos y España para la entrega de Ceuta y Melilla. En definitiva, todos quieren claridad, que les pinten si hay futuro, que se pongan soluciones porque, según su lema, "Melilla se muere".

 
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