'Vivir sin permiso', el pelotazo de Telecinco que será fenómeno

Madrid

Telecinco tiene en cartera varias series preparadas para estrenarse y someterse al veredicto de la audiencia. De acuerdo con esto, la cadena lleva mucho tiempo buscando esa producción que logre lo que en su día consiguió El Príncipe: un fenómeno.

Desde el final de la serie, Telecinco ha testado varias ficciones en su parrilla, pero ninguna ha igualado su éxito. De ahí, que las altas esferas de Mediaset hayan acudido a uno de sus creadores, Aitor Gabilondo, para encargarle el nuevo pelotazo de la cadena. Y sí, lo han conseguido.

Ambientada en Oeste, una localidad ficticia de Galicia, Vivir sin permiso se centra en la figura de Nemo Bandeira, un multimillonario que se enriqueció como narcotraficante en el pasado y ahora maneja el cotarro desde su trono de poder.

El primer capítulo de esta serie no se anda con rodeos y arranca con una carta de presentación magistral. En los primeros quince minutos sabes de qué va la serie, quién es quién y por qué todos hacen lo que hacen.

Rápidamente entiendes que José Coronado está en uno de los mejores papeles de su carrera: un auténtico villano, pero de esos que te atrapa porque interiorizas cada una de sus acciones. Álex González no sorprende, pero su sonrisa de chico malo encaja la mar de bien en este "juego de tronos" (salvando las distancias) que propone Vivir sin permiso.

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Será también Álex el culpable de cautivar a esos enamoradizos que se engancharon en El príncipe al culebrón Fátima-Morey. Ya en este primer episodio, este gentleman hace uso del poder de la seducción sobre las que se postulan como candidatas a protagonizar, junto a él, la gran historia de amor de la serie: Claudia Traisac y Giulia Charm.

No hay que obviar el romance homosexual entre Àlex Monner y Ricardo Gómez. El primero hace del hijo drogadicto del todopoderoso Nemo; el segundo, un profesor de clase media. Efectivamente: el culebrón está servido.

Estos son algunos de los peones que forman parte de esta saga familiar, que sufre una revolución cuando al patriarca le diagnostican Alzheimer, desencadenando desde ese mismo instante una lucha de poder.

En definitiva, Vivir sin permiso es la digna sucesora de El Príncipe, que bebe también de clásicos como Motivos personales o Herederos, mejorando, eso sí, la calidad de la imagen, con una dirección mucho más ambiciosa. Muy difíicil lo tiene esta producción para no ser un éxito, aunque todos sabemos cómo se las gasta Telecinco a la hora de programar sus series.