Más de treinta años de cárcel por retener y violar a una menor de edad en Madrid
La Audiencia Provincial ha impuesto 31 años y 6 meses de cárcel a un joven que en la Navidad de 2015 retuvo a su expareja, menor de edad, durante una semana en su casa, sin dejar que contactase con sus padres y agrediéndola sexualmente
Madrid
La Justicia ha condenado a 31 años y 6 meses de cárcel a un joven que raptó, agredió y violó a una niña menor de edad durante una semana en el barrio madrileño de Simancas: la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, todavía recurrible en casación, le acusa de seis delitos distintos y le obliga también a pagar una indemnización de 12.000 euros a su víctima por lesiones, secuelas y daños morales.
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Según la resolución a la que ha tenido acceso la Cadena SER, los hechos ocurrieron en la Navidad de 2015: la niña, que por aquél entonces tenía quince años de edad, estaba comprando un cargador de móvil cuando se encontró con el agresor, diez años mayor y con quien había mantenido una relación en el pasado. Accedió a marcharse a casa de él después de que amenazase con matar a su familia y hacerle "trabajar de puta", advirtiendo a la niña que era miembro de los 'Latin Kings'.
Los dos fueron a casa del joven en el barrio madrileño de Simancas y fue entonces cuando empezó el cautiverio: pidió perdón por sus amenazas, le impidió contactar con su familia con el móvil y después de mantener relaciones sexuales - delictivas al ser la víctima menor de 16 años - agredió física y sexualmente a la joven. Sus padres, que ya obligaron a la niña a cortar su relación con él un año antes cuando fueron detenidos robando en el centro comercial de La Vaguada, denunciaron su desaparición y la Policía acudió varias veces al domicilio del acusado, que les mintió afirmando que la chica no estaba allí.
La víctima consiguió liberarse una semana más tarde, el 30 de diciembre: consiguió llamar a su padre con el móvil de una amiga del acusado y quedaron en la calle Hermanos García Noblejas. El acusado se enteró y acompañó a la niña con un cuchillo de 15 centímetros de hoja apuntándole a la espalda: se lo clavó en una nalga antes de que la joven saliese corriendo y fuese llevada inmediatamente al hospital.
Seis delitos y 30 años de cárcel
La sección 27ª de la Audiencia Provincial de Madrid, encabezada por la magistrada María Tardón, ha traducido esta semana de cautiverio en 31 años y 6 meses de cárcel por delitos de abusos sexuales, agresión sexual, coacciones graves, lesiones agravadas, amenazas graves y otro leve de hurto, añadiendo a la condena una orden de alejamiento de 500 metros, una multa de 180 euros y una indemnización total de 12.000 euros para la víctima entre las secuelas y los daños morales, absolviéndole de un delito de lesiones psíquicas.
El acusado fue detenido dos semanas más tarde y enviado a prisión provisional, donde permanece desde entonces: la sentencia desestima todos sus argumentos de defensa y dan plena credibilidad no sólo al relato sin "exageración, fabulación ni fingimiento" de la víctima sino también al rosario de pruebas periféricas, desde los restos biológicos del joven encontrados en la víctima hasta los exámenes clínicos realizados a la niña en las horas siguientes a su huida.
Una ayuda "peculiar"
Para los magistrados, la declaración del acusado estuvo cargada de "contradicciones, incongruencias e imprecisiones" llegando incluso a afirmar que desconocía la edad de la menor. Tampoco merecen mayor consideración las declaraciones de la madre del joven, que en ese momento estaba en EEUU y "cuyo único objeto pareció ser el de desacreditar y atacar a la víctima", y tampoco la de los dos amigos que pasaron, supuestamente, una noche en el piso. Califican los jueces de "un tanto peculiar" la "ayuda" que una de ellas prestó a la joven cuando le permitió contactar con su padre con su móvil.
La sentencia condena tanto los episodios de violación como también las relaciones sexuales que la propia víctima definió como "consentidas" aunque, al ser menor de 16 años en el momento de los hechos, son igualmente delictivas. El consentimiento, dice la sentencia, es "realmente irrelevante" en este caso. La Fiscalía había pedido casi 40 años de cárcel incluyendo en el catálogo de acusaciones el delito de detención ilegal: el tribunal prefirió calificar la retención de la joven bajo amenazas como un delito de coacciones ya que "aun existiendo una intensidad coercitiva de cierta importancia hubo momentos en que la menor admite que se redujo esa presión que ejercía el acusado", siendo su verdadero objetivo "doblegar su voluntad a la de él".