¿Debes o no cotillear si te encuentras un USB?
Los USBs forman parte de nuestro paisaje cotidiano desde el año 2000. Y desde entonces se han convertido en una de las formas más eficientes a la hora de propagar virus informáticos. En este 2018, ¿siguen siendo inseguros?
Corría el año 2000 cuando Aznar ganaba sus segundas elecciones. Se celebraban los juegos olímpicos de Sydney. En París, un Concorde se estrella dos minutos después de despegar y mueren 113 personas. El submarino nuclear ruso 'Kursk' queda atrapado en el fondo del Mar de Barent. Y se ponía a la venta el primer pendrive USB de la historia, IBM junto con una empresa israelí M-Systems lo hacían posible de manera conjunta.
En el pleistoceno de Internet el malware se propagaba en gran medida gracias a esos los sistemas de almacenamiento externos. ¿Os acordáis de los comúnmente conocidos como disquetes? Fueron durante mucho tiempo una forma para propagar virus cuando la interconexión entre ellos no era tan común. ¿Ha mejorado la cosa? ¿los USB siguen siendo a día de hoy un foco de infecciones? ¿Si me encuentro un USB en la biblioteca, trabajo, debo abrirlo en mi ordenador o no? Además, algunos productos que compras vienen con una memoria USB que contiene los controladores necesarios para conectar el producto a tu ordenador. ¿Qué pasaría si esa memoria estuviese infectada? Respondemos a todas estas preguntas en un este capítulo de la Redada, con ayuda de nuestro experto en ciberseguridad Fran Gómez.