Bowie, el alienígena aislado
"Bowie, una biografía" explora el abismo interior de un personaje único a través de los momentos más importantes de su vida personal y artística. Con ilustraciones de María Hesse y textos de Fran Ruiz. Publica Lumen
Madrid
"Mi primer recuerdo es ver a Bowie en Dentro del Laberinto. Me enamoré de él y no entendía que fuera malo". Lo cuenta la ilustradora María Hesse, que ya conocía la música de Bowie por los conciertos que grababan sus hermanos en cintas VHS. Tras el éxito de la biografía que escribió para la misma editorial de Frida Khalo recibió el encargo de un libro ilustrado con Bowie como protagonista. Tuvo claro desde el principio que contaría con Fran Ruiz, al que conocía desde hacía años, para escribir los textos. Otro fanático de Bowie.
Y así es como empiezan a documentarse para la biografía de David Robert Haywood Jones, una biografía novelada en la que Bowie habla de Bowie. Todo un reto escribir en primera persona, como explica Fran, "es arriesgado y una apuesta. Yo ya conocía la trayectoria del personaje, aunque me seguí documentando, sobre todo, se trató de dejar al margen cualquier juicio y entender la persona, jugar a ponerme a su pellejo y entender por qué alguien toma determinadas decisiones".
Miguel de Maga versiona a Bowie
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Para la selección de los momentos más destacados de la vida de Bowie tuvieron claro desde el principio que no podían dejar de estar presentes el proceso de creación de Ziggy Stardust o su estancia en Berlín pero lo que, realmente, más ha costado, nos cuentan los autores, ha sido marcar los cortes para cada capítulo, como explica Fran "cómo acotar los momentos en los que Bowie se da cuenta de cuándo ha triunfado o fracasado y que tiene que pasar a otra cosa".
Y aunque son muchos los momentos clave en la vida de Bowie no se puede pasar por alto la influencia que tuvo en él su hermano mayor Terry, que fue quien le contagió su pasión por la música, cuando enfermó de esquizofrenia. Un tabú en su entorno que marcó su vida y su carrera y también, puntualiza María, la falta de cariño de su familia, sobre todo, de su madre.
La biografía de Bowie resulta de mucha comunicación entre sus autores para encajar ilustraciones y textos como si fueran las piezas de un puzzle. "Fran me mandó un primer guión, cuenta María, y sucesivos textos en los que fuimos trabajando. En ocasiones tuvimos que quitar textos, en otras le mareaba yo y desechábamos mis dibujos". Aunque hubo algunos que los autores tuvieron especial interés de que aparecieran como la ilustración de Bowie bailando de niño a Little Richard, llorando la muerte de su hermano o algunas que fueron imaginadas, como la que aparece componiendo con Freddy Mercury, un momento que nunca fue documentado.
Una biografía respetuosa que no escarba en la vida privada de Bowie pero que sí retrata momentos íntimos de manera cálida, como las ilustraciones de Hesse. Un homenaje que imagina su propia despedida a la altura, explica Fran, del personaje. Un adiós ficticio y novelado coherente con lo que fue su obra. "Un homenaje de un fan que corresponde con lo que él se merece".