El fantasma del antisemitismo vuelve a Hungría
Organizaciones en defensa de los judíos denuncian que los ataques en la red se han multiplicado
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Budapest
El antisemitismo, un fantasma que hace años asoló Europa, ha vuelto a aparecer en muchos países del continente. Hungría no es una excepción, aunque según colectivos de judíos, la diferencia es que en ese país, los ataques vienen del propio sistema político. Una de las principales formaciones, el Jobbik, propuso en su día redactar listas de trabajadores públicos judíos, aunque ya han pedido perdón por aquello y su líder, Gabor Vona dice que quienes profesan esta religión no tienen nada que temer en Hungría.
"Los ataques contra nuestra comunidad no son tan directos como los que mantiene contra los refugiados o los inmigrantes… pero están ahí", explica Ádám Schönberger, presidente de la organización en defensa de los derechos de los judíos Narom. "El antisemitismo es menos problemático que otras formas de odio, pero existe".
El gobierno húngaro dice rechazar cualquier forma de discriminación contra los judíos, pero la realidad es que la idea que tiene Victor Orban de Hungría, como ha repetido durante esta campaña electoral, es que su país debe permanecer siendo cristiano. "El gobierno, acusa al Islam de haber traído de vuelta los mensajes antisemitas… pero la realidad es que que es el partido de Orban quien empezó", asegura Schönberger.
Se refiere a la campaña contra el filántropo judío de origen húngaro George Soros. El magnate financia a través de su funcación Open Society, ideas liberales y a favor del multiculturalismo. También apoya a ONGs que ayudan a los refugiados y a los inmigrantes, lo que le ha convertido en el principal enemigo de la nación. "La campaña contra Soros, tiene por supuesto, un aspecto antisemita… El gobierno está diciendo que todos los problemas de Hungría tienen un único responsable: un empresario judío. Eso tiene evidentes connotaciones antisemitas", explica.
Parte de la familia de Schönberger pereció en el Holocausto, y cree injusto que para el gobierno los judíos no sean considerados húngaros de primera. "Entiendo que tradicionalmente Hungría sea un país cristiano, pero nosotros también somos parte de él". En la calle, la gente dice no tener problemas con los judíos e incluso algunos votantes del partido de Orban se defiendenden diciendo que en la formación hay personas de esta religión .
Sin embargo, para Schönberger esta campaña ha hecho despertar antiguas formas de violencia. Sobre todo en la red, donde los discursos de odio se han multiplicado. "En Internet hay muchos mas mensajes ofensivos… y de vez encuando estos ataques se producen fuera de la red. Ayer sin ir más lejos, un rabino fue golpeado en la calle por ser judío".