El furor del pensamiento de Nelly Arcan, a escena
El Teatro Español estrena la obra 'El furor de mi pensamiento', dirigida por Marie Brassard, "un homenaje a Arcan y al poder evocador de su escritura"
Madrid
Isabelle Fortier nació el 5 de marzo de 1973 en Lac-Mégantic, Canadá, en una familia católica. Vivió una adolescencia complicada, sobre la que llegó a escribir: "Era el infierno. Estaba encerrada. Quería desaparecer de los ojos de los otros. Estaba sufriendo". A mediados de los 90, se muda a Montreal para estudiar literatura en la Universidad de Quebec y comienza a trabajar como prostituta para pagarse los estudios. Fortier realizará una diplomatura y un master sobre las Memorias de un neurópata, del jurista y escritor alemán Daniel Paul Schreber, un libro publicado en 1903 en el que quien fuera Presidente de la Corte de Apelaciones de Dresde hablaba de su psicopatía y de su internamiento en una clínica psiquiátrica.
Ya en 2001, Isabelle Fortier escribe un texto destinado en un principio a su psicoanalista, pero que se convertirá en una de sus obras más conocidas, Puta, que publicará la editorial Du Seuil y que la autora firmará con el seudónimo de Nelly Arcan. Tres años más tarde, escribe Folle (Loca) y en 2007, con la ilustradora Pascale Bourguignon, publica El niño en el espejo. El mismo año aparece À ciel ouvert, su tercera novela, esta vez escrita en tercera persona. El 24 de septiembre de 2009, Isabelle Fortier/Nelly Arcan se suicida en su apartamento de Montreal. La autora trabajaba en una novela que trataba sobre el suicidio. Tras su muerte, se publica Paraíso, llave en mano en la editorial Coups de tête.
Marie Brassard, actriz, directora y dramaturga canadiense, colaboradora habitual de Robert Lepage, lleva a escena en La fureur de ce je pense (El furor de mi pensamiento) el universo de Nelly Arcan, en una obra que pretende ser "un homenaje a Arcan y al poder evocador de su escritura". Cuenta Brassard que todo empezó en 2012, cuando Ginette Noiseux, directora artística de Espace GO de Montreal, y la actriz Sophie Cadieux le propusieron crear un espectáculo a partir de los textos de la escritora. Así nació esta obra, con un formato de collage, dividida en siete partes, siete solos para seis actrices y una baliarina. Y cada una de las partes de esta obra es un canto: el de los espejismos, el éter, la sangre, el canto oculto, el de la sombra, el de las serpientes y el canto perdido.
En un encuentro con periodistas este miércoles para hablar del espectáculo, Brassard explica que, a pesar del "destino bastante oscuro y el gran sufrimiento que padeció en su vida y que reflejó en su obra, quisimos no solo traducir esa oscuridad de Nelly Arcan, sino también su deseo de una vida mejor, su búsqueda de la luz y de algo bueno en su vida. Y esta experiencia ha resultado muy emocionante porque he encontrado en este grupo de mujeres (las actrices de la obra) mucha calidez, y ha sido una experiencia muy hermosa, muy emotiva". Dice Brassard que "quería que este espectáculo fuera visualmente bello, quería que las mujeres en él fueran bellas y fuertes, fuertes por esa belleza singular y asumida de los seres de excepción. Quería que la belleza presentada aquí genere la emoción, no los celos o la envidia, como en los escenarios de bares evocados en los libros de Nelly, sino la emoción discreta y profunda que se siente frente a la belleza poderosa e inusitada que nos agita inexplicablemente".
La directora de El furor de mi pensamiento afirma que la obra "no solo es un homenaje a Arcan como escritora, sino como mujer, es un homenaje a las mujeres que sufren en la sociedad actual porque hay una gran presión sobre ellas, por las demandas y las expectativas que hay sobre su apariencia física y sobre su papel en la sociedad actual". Brassard cree que la obra de Arcan no fue valorada en su justa medida, ensombrecida por la imagen de mujer sexy y "de muñeca" que tenía la escritora canadiense, obsesionada con su aspecto físico. Y añade que tampoco ha querido incidir en la faceta de prostituta de la autora, en la que suelen poner el foco los medios, sino en facetas de su vida y de su obra relacionadas con la religión, la familia o la muerte.
Le preguntamos si en estos tiempos en que el feminismo defiende la sororidad y al que se están incorporando las nuevas generaciones, la vida de Arcan hubiera sido distinta, si se hubiera sentido más acompañada, más comprendida. La directora cree que "sería pretencioso" afirmar algo así porque Arcan "sufrió una gran infelicidad, sufrió la incapacidad de ser feliz, pero quiero pensar que le hubiera gustado ver el trabajo que estamos haciendo y nuestro enfoque. Creo que lo que le faltó a Nelly Arcan en su vida fue una conversación seria y auténtica sobre su obra, y esto no le ocurrió solo en un entorno masculino".
El furor de mi pensamiento llega al Teatro Español de Madrid el 13 de abril en cuatro únicas funciones y es la primera parada de su primera gira por Europa. El espectador verá en el escenario una escenografía que simula un edificio de hormigón, con habitaciones a modo de cubo, "una especie de expositores que evocan las cajas de muñecas Barbie con sus ventanas, revelando el universo privado, que debería normalmente ser sustraído a nuestra mirada. Tras cada ventana", escribe Brassard, "se despliega un universo". Porque detrás de cada una de esas ventanas hay una mujer, una actriz que explora las obsesiones presentes en la escritura de Nelly Arcan, unos textos que, añade Brassard, son como partituras musicales, "irisados por las repeticiones, las acentuaciones y las rimas".
Brassard señala que "a pesar de todo el dolor, la desesperanza y la tristeza que transpira el pensamiento de Arcan, la exploración de su trabajo se ha hecho en la alegría, con generosidad y placer".