'Motivos personales': así era la tercera temporada que nunca llegó a ver la luz
Repasamos uno de los thrillers más valorados de la ficción española
Madrid
Pocas series de corta duración consiguen mantenerse en la memoria del espectador produciendo esa nostalgia tan preciada en la pequeña pantalla. Todavía es menos frecuente que casi todo un equipo (actores, guionistas y productores) recuerde una producción en concreto con ilusión e incluso esté dispuesto a volver a hacer una nueva temporada, en el caso de que los astros se alineen o algún pez gordo de una cadena se levante inspirado un día cualquiera.
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Solo dos temporadas y 27 capítulos le bastaron a Motivos personales (2005) para marcar una huella imborrable en la historia de la ficción española. Marcó un antes y un después a la hora de hacer suspense, un thriller adelantado a su época que trece años después de su final todavía genera teorías y especulaciones con un entusiasmo inquebrantable.
"Natalia Nadal, periodista y presentadora de TV, está casada con Arturo, el científico estrella de los Laboratorios Acosta. Durante la fiesta del 50 aniversario de los Laboratorios, muere en extrañas circunstancias la secretaria personal del presidente de la compañía y Natalia no puede dejar de investigar sin saber que conducirá a su marido a un callejón sin salida". Bajo esta premisa, Telecinco entró en un círculo vicioso de conspiraciones, venganzas, pasiones y deseos. Pura intriga que a veces rozaba la locura con giros rocambolescos en cada escena, unas reglas del juego que el público aceptó y despuéso fue todo como la seda.
"Los thrillers de aquel entonces eran más pausados, también los de ahora, y en Motivos personales se nos iba un poco la cabeza", dice Carlos Vila, una de las mentes de esta ficción. "En el capítulo 2 había un juicio completamente americano que no tenía nada que ver con los juicios españoles. Eso era lo que divertía al espectador, lo llevaba al imaginario colectivo, se sentía cómodo y por eso se sentó sin más a disfrutar del viaje".
El proyecto en sí era tan potente que Telecinco no se lo pensó mucho: "Sonia Martínez [Directora de Ficción de Atresmedia], que entonces estaba en Telecinco, nos llamó a los dos días de presentar la serie para decirnos que no la moviéramos porque la querían ellos. Cuando se emitió fue un fenómeno...no sé cuántas series han terminado su primera temporada en un 35,9% de share", explica Javier Holgado, la otra cara de Motivos personales.
'Motivos personales', un éxito en el tiempo
En términos de audiencia, Motivos personales alcanzó un 26% de cuota media con casi 4.5 millones de espectadores (4.402.000). La primera temporada fue un éxito rotundo, estrenando por encima de los cinco millones y cerrando con casi siete. La segunda entrega perdió adeptos, aunque se mantuvo en torno a los 4 millones.
Sin embargo, y pese a estas cifras tan espectaculares, Motivos personales no se vivió durante su emisión como un fenómeno, tampoco como un gran éxito. Esa no era la sensación.
"No era una serie que acaparaba grandes titulares y tampoco había redes sociales", comenta al respecto Vila. "Por aquel entonces llegaban ecos un tanto lejanos. Veíamos las audiencias y los comentarios en algunos foros, pero nunca fue una serie muy mediática. No llevaban a los actores a los programas para hacer entrevistas y tampoco acaparaba portadas y artículos. De hecho tengo recuerdos y recortes de la época en una carpeta que es muy estrecha porque no se nos dio demasiado bombo. Además, pasó todo muy rápido porque se emitieron las dos temporadas en el mismo año. Fue un visto y no visto".
Lo de Motivos personales fue más un éxito en el tiempo, una serie que se revalorizó con el paso de los años. Y es que apenas hay títulos de suspense que el público recuerde con tanta fuerza como esta producción.
La gran crisis de 'Motivos personales'
En una serie que ya está asentada en la parrilla, sustituir a un actor por otro para hacer el mismo personaje es un verdadero marrón. El caso de la tía Vivian en El príncipe de Bel Air fue muy sonado en los 90 y, aunque resolvieron la papeleta sorprendentemente bien, era impensable que en España se diera un caso así. Pero contra todo pronóstico, Motivos personales tuvo que hacer frente a lo que fue su gran crisis.
"Miguel Ángel Silvestre, que hacía de Nacho, aceptó protagonizar una película antes de grabar la segunda temporada y entonces llegó el pánico. Este tipo de cosas no pasan inadvertidas y hacen daño al producto porque le resta verosimilitud. Además, Miguel Ángel tenía un personaje muy importante y en la segunda lo iba a ser todavía más. De pronto perderlo fue un palo gordo. Se gestiono como malamente se pudo y salió bien la jugada", afirma Carlos Vila.
Y apunta Holgado lo siguiente: "Miguel Ángel nos aviso 15 días antes de empezar a grabar la segunda temporada. Llevábamos 7 guiones escritos cuando empezamos a rodar y, cambiar todos esos guiones en diez días, era imposible. No hubo tiempo de reacción y hubo que buscar un sustituto, que fue Álex González".
Eso sí, pese a la crisis, ambos escritores coinciden en el buen gusto de la directora de casting. "Fue un privilegio tener a dos de los actores más importantes de nuestro país haciendo el mismo papel", dice Vila, mientras que Javier Holgado opina que "ya se puede llevar una medalla Rosa Estevez, que es la que hizo el casting, porque dio en el clavo con los dos actores".
Un final abierto que descolocó a la audiencia
El 13 de diciembre de 2005, Telecinco ponía el broche a Motivos personales con un final de infarto: Natalia (Lydia Bosch) resolvía el caso (de su vida) y Virginia (Marta Calvó), la gran villana de la serie, terminaba entre rejas. Todos los cabos sueltos parecían atados hasta esa última escena en la que se veía a Fernando (Ginés García Millán) ocultando el cadáver de Pazos en el maletero del coche.
Esa secuencia daba pie a una tercera temporada, incluso los guionistas empezaron a desarrollar las tramas de los nuevos capítulos. Sin embargo, Telecinco optó por cerrar la historia para siempre. En este caso, Javier Holgado es de los que piensa que a la larga fue una buena decisión: "Prefiero haberme ido con dignidad sabiendo que la gente todavía recuerda ese final".
Carlos Vila, por su parte, cuenta el motivo por el que no se produjo la tan ansiada renovación: "Nunca hemos sabido la verdad. Nos llegaron rumores, teorías de la conspiración…pero al final lo que se nos dijo fue que con la bajada de audiencia en la segunda temporada, Telecinco había considerado que la serie había cerrado bien, había tenido un recorrido y había llegado el momento de echar el cierre":
En este punto también tiene algo que decir la propia Lydia Bosch: "Yo ya me estaba preparando para hacer esa tercera temporada porque me quedaba ciega en la serie. Pero, de repente, vino una serie argentina y…".
Pero a pesar de esa decisión, Motivos personales es una serie que sigue muy viva a día de hoy. Tanto es así que sus creadores están dispuestos a retomar la historia. "Nunca hemos hecho una propuesta en firme desde Boomerang TV, pero nos encantaría hacer una TV Movie o una miniserie para matar el gusanillo", cuenta Carlos. "La historia se nos quedó a medias y me encantaría que nos sentáramos un día Javi y yo, escribir diez páginas y presentárselas a Telecinco".
También Lydia Bosch tiene la esperanza de volver a ponerse en la piel de Natalia Nadal: "Tengo la biblia de la tercera temporada, pero me niego a decir nada porque tengo la esperanza y la ilusión que algún día se retome la serie".
Así era la temporada 3 de 'Motivos personales'
Su protagonista no suelta prenda, pero sus guionistas sí son más generosos y se atreven a desvelar lo que era la premisa oficial de la tercera temporada de Motivos personales.
"En la tercera temporada, Fernando y Natalia estaban casados y Virgnia seguía en la cárcel. Arrancábamos unos años después con la boda de Nacho (Álex González) y Tania (Begoña Maestre). Había una bomba y Nacho moría. A partir de ese momento, Natalia empezaba a investigar lo que había sucedido y, para llegar a la verdad, tenía que echar mano de Virginia. Las dos, movidas por el mismo motor, obligadas a convivir y a buscar al asesino, que en un principio iba a ser Fernando", narra Carlos, mientras que Javier Holgado aporta otros datos de interés: "También había una trama que tenía que ver con otra fórmula científica que había dejado Arturo. Además, el personaje de Lydia se quedaba ciego en varios capítulos e íbamos a utilizar eso para ponerla en situaciones límite".
Sobre el final deseado para Natalia Nadal, Holgado lo tenía bastante claro: "Motivos personales tenía que terminar con Natalia haciendo algo malo. Ella bordeaba el mal muchas veces, y un giro hubiera sido que ella hubiera hecho algo verdaderamente malo para encontrar al asesino".
La pregunta es, ¿resucitará Telecinco algún día Motivos personales? Ahor, la pelota está en su tejado.