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Horarios trabajo

Largas y poco productivas: así son las jornadas laborales en España

La evolución de los horarios en nuestro país aún están lejos de los estándares europeos que priman jornadas continuas o flexibles a las necesidades del trabajador facilitadas por la tecnología

El presentismo laboral es uno de los males de las jornadas en España. Getty Images

Madrid

"Muchos quieren volver a España pero no en el ambiente laboral español, en cierta manera hay pánico y si se vuelve será para trabajar por cuenta propia y montar una empresa. Pero no trabajar para un jefe español, creemos que sabemos lo que hay y no nos gusta. Muchas horas, calentar el sillón sin necesidad y tener que aguantar a un jefe por cuatro duros; y a veces en puestos de mucha responsabilidad como le suele pasar a la gente de mi carrera". Carlos del Hoyo es arquitecto técnico y trabaja en el equipo encargado del control económico de un bloque de viviendas de lujo de 20 alturas cerca de Greenwich (Reino Unido). Comienza a trabajar a las 7:30 de la mañana y sale a las 17:30. Tiene una hora de descanso que se puede tomar entre 12:00 y 14:00. "Preferiría entrar un poco más tarde, pero estoy muy contento con la hora de salida. De vez en cuando lo trato de comparar con España y entonces me digo a mí mismo que me gustar mi horario", explica. 

La jornada laboral ha crecido en España un 4,5% durante el primer trimestre de 2007, según el análisis de Ranstad a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística. Cada trabajador ha realizado de media 406,5 horas, 17,4 horas más que durante el mismo periodo de 2016.

Carlos tiene un jefe directo "bastante comprensivo" si el trabajador se tiene que ir antes o llegar un poco más tarde por alguna razón, o pedir un descanso más largo "si lo necesitas para hacer un papeleo en el banco o algo así". No le han ofrecido la opción del teletrabajo, pero tiene amigos españoles en puestos similares que sí pueden trabajar desde casa un día a la semana. 

La apuesta por el teletrabajo que no llega 

Los especialistas apuestan por el teletrabajo como una manera de dar más flexibilidad al empleado y ganar efectividad. "Si alguien vive fuera de Madrid o de Barcelona y sabemos que a las ocho hay mucho atasco, quizá pueda empezar desde casa y desplazarse a las diez. Pero si tenemos una hora de entrada predeterminada por la empresa, no podemos llegar tarde. Al final el trabajador está perdiendo una hora preciosa en su coche en la que no trabaja", explica Carlos Martínez, presidente de IMF Business School. 

Carlos del Hoyo, a pie de obra en Londres.

"En España seguimos trabajando por encima de la media europea, tenemos un problema muy serio con los horarios. La flexibilidad es el punto. Que el trabajador pueda tener una horquilla para entrar y salir. Aquí la productividad sube". Quien lo dice el psicólogo Ovidio Peñalver, socio de Isavia Consultores, que asesora a empresas para racionalizar los horarios de sus trabajadores, y autor del libro Emociones colectivas (Alienta). Peñalver es partidario de jornadas semanales mixtas: tres días en la oficina y el resto en casa. Mantener un equilibrio entre la conciliación sin perder el contacto con el grupo.

El patriarcado: origen del presentismo laboral 

La carga cultural es muy importante. Las empresas han estado dirigidas por hombres que, en general, no tenían ninguna prisa por llegar a su casa. "Hombres que cuánto más tarde llegaran a su casa, mejor, para no tener que bañar a los niños, no tener que darles de cenar y encontrárselos dormidos y eso ha hecho que se fomente el presentismo. En España, cuántas más horas eches en el trabajo eres más valioso y mejor eres para la compañía. Eso es un estigma que no hemos sido capaces aún de dejarlo atrás. Las empresas están mirando si haces las 40 horas justitas es que algo va mal: o no tiene mucho trabajo o no está implicado. En cambio si haces 70 horas a la semana, eres el trabajador más implicado. Eso es una pena, pero es una realidad", confiesa Carlos Martínez. 

En España el 45% tiene los horarios partidos, según el INE. La empresa sigue siendo la que marca unos horarios cerrados y esa falta de flexibilidad que está en la cultura laboral española arrastra la dificultad para la conciliación, que a la vez nos lleva a hacer todo mucho más tarde que nuestros vecinos europeos. Desde cenar hasta ver la televisión o la serie favorita. 

Los hombres reclaman su derecho a conciliar.

"Toda transformación laboral es lenta. Los políticos no son los que van a solucionar esto. Empezarán las empresas del Ibex-35. Iberdrola ya ha implantado un horario hasta las tres de la tarde, ha mejorado su productividad y ha disminuido los accidentes de trabajo. Supongo que se irá implantando en otras empresas", opina Carlos Martínez. 

¿Se puede ser feliz y productivo en el trabajo?

A pesar de las  jornadas laborales extensas la productividad es la asignatura pendiente en nuestro país. El Producto Interior Bruto por trabajador fue de 67.000 euros en 2016, según Eurostat, mientras que en la eurozona la generación de riqueza por cada persona ocupada en el mercado laboral fue de 75.000 euros.  Alemania genera 77.600 euros por ocupado, Francia, 85.000 euros, aunque lleva dos décadas con la jornada laboral de 35 horas. Los países escandinavos están a la cabeza en productividad que combinan con una elevada protección social. 

"En 2008 producíamos lo mismo que en 2017 con dos millones de trabajadores más en el mercado. ¿Qué quiere decir eso? Cuando vamos a trabajar tenemos la necesidad de socializar y son horas que estamos en el trabajo que no son productivas", relata Carlos Martínez. 

Las salas de descanso en las empresas intentan abrirse un hueco.

El psicólogo Ovidio Peñalver aplica algunas máximas a la hora de sacar el mayor partido posible a las jornadas laborales.

  • Tener unos objetivos claros y fechas de entrega que permita organizarse. 
  • Sentir apoyo de tu responsable directo, sobre todo ante los errores y sentirte validado en reuniones porque así "te sientes más motivado".
  • El grado de autonomía. Sentir que delegan en ti fomenta tu creatividad y la eficiencia crece. "Así darás lo mejor de ti. Hay estudios que dicen que los trabajadores no dan todo lo que pueden. El miedo al error o que en la cultura española está mal visto que propongas porque el jefe cree que le estás cuestionando", explica. 
  • Las condiciones ambientales, Mesa y sillas cómodas, espacio amplio que lo puedas decorar o poner música. Luz, temperatura, humedad y colores adecuados.
  • Salas para el reposo y la desconexión. Es la mejor forma de recargar pilas. Tienen cómodos sillones, legos, mesas de ping pong o de billar y pizarras donde apuntar ideas. Aunque aumentan su presencia en las empresas, suelen estar vacías. "Los trabajadores temen que otros les miren mal por pasar mucho tiempo en ese espacio", cuenta. 

La importancia del biorritmo

Lo ideal es tenerlo en cuenta a la hora de ajustar la jornada laboral. Hay un 60% de la población que trabaja mejor por las mañanas, un 30% vespertina y el resto es noctámbula. De nuevo, la flexibilidad vuelve a ser la clave. "Están las personas muy autónomas a la que teletrabajar les encanta y hay otras que no, que son más dispersas y les gusta que le digan lo que tiene que hacer", asegura Ovidio. 

Loreto Barranco es profesora de español en la universidad neoyorkina Stony Brook, Su situación de estudiante extranjera (visado especial por estar al mismo tiempo estudiando un doctorado) no le permite trabajar más de 20 horas semanales. "En España, donde trabajé en la enseñanza durante diez años, la conciliación era muy difícil si no imposible", explica. 

Para los profesores universitarios en EEUU la conciliación es fácil y cada cierto tiempo tienen lo que se llama un 'semestre sabático' que debe servir para sus investigaciones, pero les permite trabajar desde casa.  

Desde Londres, Carlos explica que no se imagina de vuelta a España. "Se me ponen los pelos de punta, sólo en pensar que debería de estar más de las 17:30 de la tarde trabajando y más aún, si tengo que estar más tiempo sólo por calentar la silla". 

Maika Ávila

Maika Ávila

Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...

 
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