¡Qué manera de vencer en la Europa League!

La Europa League permitió al Atlético dar el salto de calidad para salir de la zona gris en la que estaba instalado. Después fue el primer título logrado por Diego Pablo Simeone como técnico rojiblanco. Ahora le ha confirmado como uno de los grandes del fútbol europeo en una temporada en la que los rojiblancos comenzaron con la losa de la sanción de la FIFA que les impedía hacer fichajes y que ahora terminarán en Neptuno.

Griezmann volvió a ser determinante en un encuentro en el que al conjunto madrileño le costó encontrar su sitio pero que acabó dominando con el coraje y corazón que su himno pregona al mundo entero. La orquesta de pulmones que formanlos Gabi, Saúl y Koke también tuvo parte de la culpa.

El Atlético compareció en la final con una banda derecha con Vrsalko en el lateral y Correa por delante. En el centro, Simeone -encarnado en esta ocasión por Germán Burgos- confió en la veteranía de Gabi en lugar de la pujanza de Thomas. Todos ellos saltaron al terreno de juego entre la humareda de las bengalas de los aficionados del Olympique, que fueron la tónica de los primeros minutos de la final.

También lo fue el dominio del equipo francés en el primer tramo del partido. El equipo rojiblanco se dejó intimidar por el ambiente de la grada y por el empuje de los de Rudi García. De hecho, el Olympique pudo adelantarse a las primeras de cambio en una jugada en la que Payet filtró un pase perfecto a Germain. El remate del delantero francés se marchó por encima de la portería de Oblak.

El Olympique perdió esa ocasión pero no se vino abajo. Viendo que al Atlético le costaba encontrar su estilo los franceses se hicieron con el balón mientras que el equipo rojiblanco se mostraba impreciso y muchas veces superados por las combinaciones del rival. La banda derecha de Sarr fue una amenaza constante, como el buen criterio que mostró Payet mientras estuvo en el terreno de juego.

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Los de Simeone parecían muy fuera de honda hasta que entraron gracias a un fallo del Olympique. El guardameta Mandanda quiso iniciar la jugada entregando la pelota Anguissa y entre que el pase era malo y que Gabi se sumó a la presión con intensidad la bola le llegó a Antoine Griezmann para abrir el marcador y sacudir las malas sensaciones del equipo colchonero.

El partido se puso más cuesta arriba para los franceses cuando perdieron a su mejor jugador, Dimitri Payet, cuando se cumplía la primera media hora de juego. Salió del campo entre lágrimas, destrozado anímicamente. Más de uno recordaba verle entrar al tapete tocando el trofeo de la Europa League, lo que muchos interpretan como un desafío a la diosa Fortuna.

Entre el gol y el golpe moral el equipo de García perdió fuerza, lo que ayudó al Atlético a encontrar su sitio en el partido. Lo bueno para el conjunto madrileño es que había superado su peor momento y llegado al descanso con el marcador a favor, lo cual en una final es más que importante.

Reanudación y sentencia

La segunda mitad arrancó con un cambio en los colchoneros. Se fue Vrsaljko, con amarilla, para que entrara Juanfran. Seguramente, la expulsión del croata en el Emirates sobrevolaba la cabeza de Germán Burgos. Pero eso no fue lo más importante de lo ocurrido en ese tramo del partido. Lo crucial fue el segundo gol de Griezmann para acercar un poco más al Atlético al título.

Se anticipó Saúl en un balón dividido tras un saque de banda, Koke se hizo con la bola para dirigir la contra y habilitó a Griezmann, que avanzaba por la derecha, para ponerle en suerte un mano a mano con Mandanga. No falló el francés para marcar el 0-2. Hoy quizá no es el día para pensarlo, pero la vida sin el 7 puede ser más difícil en el Wanda Metropolitano.

Los nervios se trasladaron al lado francés mientras que el Atlético, empujado por el marcador soñado, ya se hacía en caudillo del encuentro. Solo en los últimos minutos apretó el equipo francés, que a punto estuvo de recortar diferencias con un remate de Mitroglou que se fue al palo. Quedaban pocos minutos y Simeone prefirió contrarrestar los ataques franceses metiendo a Thomas en lugar de Fernando Torres, al que muchos atléticos esperaban.

Pero la tranquilidad llegó cuando en una contra Koke vio cómo Gabi se sumaba al ataque y le regaló el 0-3, que llegó con un disparo cruzado del capitán. Gran recompensa para el hombre que ha dado media vida por el Atlético. Como el homenaje que le llegó en ese momento a Fernando Torres, cuya aparición fue testimonial, pero inolvidable para él y para los más de 10.000 rojiblancos que estaban en Lyon. Difícilmente los que estaban en el estadio esta noche borrarán de su memoria el momento en el que el Atlético levantaba su sexto título europeo a través de las manos de El Niño que tanto quieren y que se va de su casa como quería, como campeón.