Trump desata una guerra comercial con la imposición de aranceles a sus aliados
Estados Unidos impone gravámenes a las importaciones de acero y aluminio de la Unión Europea, México y Canadá, que anuncian medidas recíprocas contra productos estadounidenses
Washington
El presidente Trump aprueba la imposición de aranceles sobre el acero y aluminio importados a sus principales aliados: la Unión Europea, Canadá y México. Los aranceles, que ya han entrado en vigor, incrementan un 25% el precio del acero y un 10% el del aluminio. Y abren una guerra comercial que muchos temen en Estados Unidos, incluso miembros del Partido Republicano, el partido de Donald Trump.
La Casa Blanca alega razones de “seguridad nacional” para la aplicación de estos gravámenes. Unos informes realizados por el Departamento de Comercio en 2018 aseguran que en caso de que la producción de estos materiales en sus países de origen disminuya, Estados Unidos “no podría satisfacer la demanda de material de defensa nacional y de infraestructuras”. Trump tomó nota de las conclusiones y el pasado marzo anunció sus nuevas medidas comerciales.
Los aliados criticaron en bloque esta imposición de tarifas y empezaron una renegociación de las actividades comerciales. Estados Unidos llegó a acuerdos con varios países, como Corea del Sur o Argentina. Pero no lo ha hecho con sus vecinos canadienses y mexicanos, ni con los países comunitarios. Así que Washington ha decidido aplicar inmediatamente estas medidas proteccionistas.
Las políticas de America First han hecho sonar las alarmas entre sus aliados que han anunciado inmediatamente que tomarán medidas recíprocas contra productos estadounidenses.
Las críticas han venido también desde dentro. Un amplio sector empresarial alerta de los efectos que los aranceles tendrán en el incremento del precio de los productos, que pagarán los consumidores estadounidenses.
Los legisladores republicanos también han criticado los aranceles. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, pidió a Trump a principios de semana que considerara las “consecuencias involuntarias” que tendrá esta medida.
El presidente del Comité de Finanzas del Senado, Orrin Hatch, aseguró que seguirá presionando a la Casa Blanca para modificar el rumbo de su política comercial. Los aranceles “son un alza a los impuestos para los estadounidenses y perjudicará a los consumidores, fabricantes y trabajadores”, aseguró.
Washington también impondrá aranceles a productos chinos, sobre todo a productos tecnológicos. Washington acusa a Pekín de “robar la propiedad intelectual” de muchos de estos productos aunque las negociaciones con el gigante asiático todavía continúan.
Con la imposición de sanciones y la respuesta de otros países en represalia se puede desatar la temida guerra comercial que perturbará todo el sistema de comercio mundial.